MEJORA DE ENLACES ENTRE DOS CORREDORES DEL BAIX LLOBREGAT

Fomento reanuda la autovía que unirá la A-2 y la C-32

RAMON COMORERA
BARCELONA

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Era una de las víctimas clásicas de las nuevas infraestructuras del área metropolitana que sufrieron el colapso del final abrupto, tras la llegada de la crisis, de la década prodigiosa de las obras públicas, y también, claro está, de muchos años de alimentar el déficit y la deuda. Se trata de la conexión mediante un nuevo tramo de autovía de dos kilómetros y de siete grandes enlaces de la autopista C-32 y de la autovía A-2 en terrenos de Sant Boi de Llobregat, Cornellà y El Prat. Los trabajos se empezaron en el 2009 y debían durar dos años, pero se pararon en el 2010 cerca ya del final de la era Zapatero. Desde entonces las obras enmudecieron como ha ocurrido en bastantes otros proyectos ya fueran en ejecución, licitación o planificación. El Ministerio de Fomento anunció ayer por sorpresa que las reanuda con el objetivo de acabarlas después de efectuar una inversión total de 48 millones, algo que podría ocurrir posiblemente en el 2015.

Este nuevo tramo de vía rápida y de gran capacidad así como sus nudos viarios es clave para mejorar la circulación en los accesos sur de Barcelona. Con su apertura, el intenso tráfico que debe pasar de la autopista del Garraf (C-32) a la autovía del Baix Llobregat (A-2) o viceversa se ahorrará 4,4 kilómetros de recorrido hasta el nudo del Llobregat y la pata sur del anillo de las rondas nacido con la eclosión olímpica.

La crisis económica ha reducido de forma remarcable el volumen general de tráfico, tanto ligero como pesado en la densa región de Barcelona. Antes de que ello ocurriera, la deficiente interconexión de la red de vías rápidas del Baix Llobregat registraba con relativa frecuencia grandes atascos cada vez que alguna incidencia, en particular del transporte pesado, restaba carriles útiles en las horas punta. Con el complejo y discontinuo proyecto que ahora se retoma se garantizará una notable mejora en la fluidez circulatoria.

REIVINDICACIÓN / Estas obras fueron durante la pasada década y también en la travesía del desierto de su paralización una reivindicación reiterada tanto de la capital catalana como de las ciudades del industrializado delta. El objetivo, o más bien la necesidad, es mejorar los accesos al puerto ampliado (secularmente pendientes todavía, aunque ahora en proceso de licitación parcial) y también al aeropuerto.

Las obras que ahora Fomento vuelve a activar, según recordó ayer un portavoz del ministerio, «ya no se detendrán» porque en la etapa que dirige su titular Ana Pastor los proyectos se ejecutan «cuando existe realmente el dinero para hacerlos realidad».

Además del tramo de autovía estos trabajos incluyen los siguientes siete enlaces: de Cornellà en la

A-2; de Sant Boi Nord, en la carretera

C-245; de Sant Boi-Cornellà como acceso a la primera población en forma de glorieta de gran diámetro inferior; de Sant Boi Sud, en la C-32; el nudo de la C-32 y la carretera B-201, de acceso por el sur desde la autopista del Garraf; un nuevo vial en el centro direccional de El Prat que mejora las conexiones entre la población y la C-32; y, por último --y también lejos como el anterior del tramo de autovía--, el enlace de Mas Blau, en la también autovía B-22.