PREVIO AL JUICIO

La fiscalia pide cárcel para los padres de la niña secuestrada en Bolivia

La menor de L'Hospitalet viajó con un vecino, que la violó y la obligó a trabajar en el campo

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La Fiscalía de Barcelona pide 2 años y 9 meses de cárcel para los padres de una menor de L'Hospitalet de Llobregat por entregar a su hija por interés económico a un conocido para que se la llevara a BoliviaBolivia, donde la mantuvo oculta siete meses en la selva, mientras la maltrataba y abusaba de ella.

En su escrito, el fiscal acusa a los padres de la menor,  Abdelaziz I. y Fátima Z.H. , que desde que fue rescatada en marzo del pasado año permanece en un centro de acogida de la Generalitat, por un delito de abandono, ya que acordaron con un vecino; Grover Morales, que se la llevara a Bolivia "con una finalidad que no consta acreditada, pero en todo caso con un afán lucrativo".

La niña estuvo con su captor entre el 26 de agosto de 2013 y el 8 de marzo de 2014, y pasó la mayoría de este tiempo en la zona selvática de Chapare "con escasez de alimentos, privación de aprendizaje, sometida a largas caminatas y trabajando en duras condiciones laborales agrícolas", además de ser víctima de reiteradas agresiones sexuales.

El ministerio público considera que los acusados incumplieron "gravemente" sus deberes de protección que les correspondían como padres, "privando a la niña de la necesaria asistencia moral y material" al permitir que la chica quedara, en contra de su voluntad, a expensas de una persona "ajena al círculo familiar que no ofrecía garantía alguna de cuidar debidamente de la menor".

Ni vacunas ni dirección

En junio de 2013, los acusados acordaron con el vecino con el que habían trabado amistad y al que conocían como Grover, que se llevara a la chica a pasar unas vacaciones en Bolivia, país del que éste era originario.

No obstante, según el fiscal, los padres no pidieron a Grover que les diera ninguna dirección en la que iba a estar con la menor, no vacunaron ni adoptaron ninguna precaución médica respecto de su hija, ni mostraron ningún interés en asegurarse la comunicación con la niña, que no disponía de teléfono propio, por lo que dejaron al arbitrio del vecino la comunicación con su hija.

La chica fue liberada el 8 de marzo de 2014, tras casi siete meses de cautiverio, en una operación policial de riesgo en plena selva llevada a cabo por la Guardia Civil en colaboración con la policía boliviana.