JUICIO POR DESÓRDENES PÚBLICOS

El fiscal pide 5 años por quemar un contenedor en Can Vies

Un vecino rebate a la Guardia Urbana y dice que el acusado no participó en altercados

Sergi Rubia, con camisa azul, recibe el apoyo de sus compañeros, ayer.

Sergi Rubia, con camisa azul, recibe el apoyo de sus compañeros, ayer.

J. G. ALBALAT
BARCELONA

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El juez que debe dictar la sentencia contra Sergi Rubia Olives, el miembro de los Castellers de Barcelona que fue detenido el 28 de mayo pasado tras una manifestación en Sants en protesta por el derribo de Can Vies, se enfrenta a un dilema: creerse la versión de los guardias urbanos que arrestaron al joven y que le identificaron como autor de la quema de un contenedor o validar la declaración del imputado, que niega haber provocado desordenes públicos, y la de algunos testigos que cuestionan la versión policial. La primera opción supone una condena. La segunda, la absolución. En el juicio celebrado ayer en la Ciutat de la Justícia de Barcelona, la fiscalía reclamó cuatro años y ocho meses de prisión para Rubia por desordenes públicos y por el incendio de un contenedor y no de varios como, en un principio, sostenía la acusación pública.

Rubia, que permaneció en prisión preventiva durante más de 20 días, recibió ayer el apoyo de sus compañeros castellers en la puerta del edificio judicial, donde levantaron un pilar. Es la primera persona que se sienta en el banquillo por los incidentes que se produjeron en las movilizaciones  por Can Vies, que se saldaron con 70 detenciones.

EL TESTIGO / En la vista, los guardias urbanos que lo detuvieron recordaron que vieron al acusado mover un contenedor y lanzarlo contra otros que estaban ardiendo e insistieron en que arrestaron al joven al quedar rezagado respecto de un grupo de alborotadores que se había organizado para levantar barricadas. Sin embargo, un vecino de Sants que no tiene nada que ver con los altercados que se produjeron en el barrio, ni con el acusado, aseguró que estuvo conversando con el casteller en la calle hasta que llegó un grupo de manifestantes perseguidos por la policía, momento en el que los agentes detuvieron al imputado sin que participara en ningún altercado. Este testigo agregó que en su calle no vio ningún contenedor quemándose.

Las palabras de este testigo sustentaron la declaración de Rubia, que explicó que había ido a una cacerolada convocada en la plaza de Sants y que, al iniciarse las cargas policiales, él y un amigo entraron en un bar a tomar unas cervezas y esperar que cesaran los disturbios. El dueño del bar lo confirmó durante el juicio. El casteller fue detenido después.