GENTRIFICACIÓN

Expulsión masiva de vecinos en el Poblenou

Un fondo de inversión ha comprado seis fincas de una manzana y ha comenzado a no renovar contratos de alquiler

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Beatriz Pérez / Barcelona

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No es un fenómeno nuevo pero va a más. Lo padecen numerosas fincas de Barcelona, como el número 31 de la plaza de Tetuan o el 209 de Roger de Flor. Promotoras inmobiliarias o fondos de inversión compran edificios habitados por inquilinos a quienes, una vez se les acaba el contrato de alquiler, no se les renueva, obligándoles así a buscar otra vivienda.

Un caso extremo se vive en el Poblenou. En concreto, en los números 17, 19, 21 y 23 de la calle de Badajoz y en el 136 y el 138 de Doctor Trueta. Son bloques de una misma manzana comprados por el fondo inversor francés P4A Barcelona en junio. Todas estas viviendas son de alquiler. Hay varias de rentas antiguas y los inquilinos han empezado a recibir notificaciones de que no se les renovará el contrato.

"En total hay 50 pisos afectados, con contratos indefinidos o temporales. Ya hay tres o cuatro vecinos a los que no han renovado el alquiler", explica Albert Mallol, miembro de Poblenou Ens Plantem. "En aquellos casos en que no ha renovado el contrato, el fondo ha puesto puertas metálicas antiocupas para evitar el acceso. En el Poblenou, hay 20 edificios más afectados por este problema, pero este caso [el de Badajoz y Doctor Trueta] es el más 'heavy'", prosigue Mallol. 

Contra el 'barricidio'

Sandra Fontanals es una vecina afectada de la calle de Badajoz. "Mi contrato de alquiler acaba en mayo y tengo muy claro que no me lo renovarán. La chica que vivía al lado ya está fuera desde octubre", relata esta vecina de 45 años, que lleva toda la vida en este piso. "Yo prácticamente he nacido aquí. Y, si no me renuevan, me echan no solo de este barrio, sino de la ciudad, ya que probablemente no podré pagar el alquiler en Barcelona".

De los balcones de estos seis edificios de Badajoz y Doctor Trueta comprados por P4A Barcelona cuelgan carteles con mensajes inequívocos. 'Volem quedar-nos', 'un dret com una casa' o 'en lluita contra el barrici' son algunos de ellos. Martín Llucià, que tiene una invalidez del 73%, habita uno de los pisos de Doctor Trueta.

"Vivo con mi madre de 92 años, que tiene un contrato indefinido, pues lleva en el piso desde que tenía 3. En Habitatge me dijeron que no me podían echar. Que, por mi situación, tengo este piso hasta que me muera. Pero nunca se sabe", comenta desconfiado. Por eso forma parte de la plataforma Poblenou Ens Plantem. "Tenemos que parar esto entre todos".

Este barrio, a pocos metros del mar, está de moda. "Aquí, nos hemos encontrado otros casos de edificios comprados por fondos de inversión cuyos pisos, de 70 metros cuadrados, se venden ahora por medio millón de euros. Ya me dirás", denuncia Albert Mallol. "Es una sustitución social", concluye.