La exposición con la polémica estatua de Franco dispara la tensión en la calle

CRISTINA SAVALL / BARCELONA

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Dos hombres entrados en años han llegado a las manos cuando el más enfadado gritaba "nazis" y, tras la intervención de otro más joven, uno de ellos ha acabado en el suelo ante la estatua decapitada de Franco, protagonista absoluta de la controvertida exposición 'Franquisme, Victòria. República. Impunitat i espai urbà', inaugurada con altercados en la tarde de este lunes.

Pancartas de protesta, lanzamientos de huevosmanifestaciones, percusión con tambores, ataques de nervios, golpes e insultos se han sucedido a lo largo de todo el día ante la entrada del Born Centre Cultural i de Memòria, espacio que el gobierno municipal convergente de Xavier Trias convirtió en un santuario soberanista, pero al que Ada Colau puso fin a su dedicación exclusiva a la exaltación nacionalista, el pasado mes de febrero, incorporando una mirada "más plural e independiente" del pasado, según declaró entonces Gerardo Pisarello, el primer teniente alcalde del Ayuntamiento de Barcelona. 

Los gritos, pitidos y enfados se han oído, a media tarde del lunes, en el interior del antiguo mercado cuando Pisarello ha inaugurado la exposición, insistiendo en que la muestra, que se prodrá ver hasta el 8 de enero, es, "una denuncia contra el franquismo y contra el olvido de la impunidad que hubo con sus símbolos durante la democracia". En ese mismo momento, una decena de miembros de Juventuts d'Esquerra Republicana (JERC) con estaladas en mano intentaban entrar en el recinto. No lo han conseguido, aunque sí han logrado cubrir la escultura con la bandera independentista. A consecuencia del altercado otra persona ha acabado rodando por los suelos.

DEMASIADAS HERIDAS ABIERTAS

El primer teniente alcalde ha reconocido que entiende las protestas y las reacciones de algunos vecinos contra la estatua ecuestre de Franco que se exhibe en la vía pública. "Hay demasiadas heridas abiertas. Es una exposición incómoda, pero lo que debe de incomodar aún más es que las nuevas generaciones no conozcan la historia, que no sepan que estos símbolos fueron tolerados durante muchos años una vez ya muerto Franco", ha declaro Pisarello, recordando que el franquismo murió matando.

"El objetivo es romper el silencio sobre los crímenes del franquismo dando voz a los que lo sufrieron. No es agradable ver simbolos y fotografías de la dictadura cuando todavía hay fosas comunes y no se han celebrado juicios contra el franquismo. Esta exposición es necesaria por el ejercicio del derecho a la memoria. Debe haber debate pero democráticamente", ha argumentado. 

Ricard Vinyes, comisionado de Programas de Memoria ayuntamiento, ha manifestado que a las mujeres que en 1936 lucharon contra el franquismo, les hubiera agradado esta exposición. "El Born es un espacio espléndido pero muy triste. Los vestigios de la caída de Barcelona por las tropas de Felipe V casan con los de las bombas franquistas durante la guerra civil. En realidad, 1939 es nuestro 1714", ha afirmado Vinyes.

SIN CENSURAS PREVIAS

El historiador ha advertido que "no" acepta las censuras previas. "Sé que hay rechazos ante esta exposición. El problema radica en que por intereses políticos se han callado y no se han explicado muchas cosas sobre la impunidad y la banalización que tuvieron los símbolos franquistas durante la democracia. Esta instalación en la calle es una acción didáctica", ha señalado Vinyes.

Manel Risques, comisario de 'Franquisme, Victòria. República. Impunitat i espai urbà', ha definido la muestra como "una reflexión" sobre la destrucción alrededor de dos fechas señaladas: 1714 y 1939. "La sociedad es compleja y la historia no se puede simplicar en un relato. Es difícil de entender, pero es indigno que una estatua como la que homenajea a la victoria franquista haya podido estar en la calle hasta el año 2011 en pleno paseo de Gràcia", ha protestado el comisario en referencia a la céntrica plaza de Juan Carlos I rebautizada por Colau como Cinc d’Oros. Esa misma escultura de bronce, conocida como 'La Victòria', acompaña a la de Franco ante la puerta del Born.

El tema de conversación del barrio del Born ha sido durante todo el lunes los huevos que la gente ha lanzado a la estatua de Franco. Joan Sebastià Fornè, de la Taverna del Born, considera que esta instalación no llegará a Navidad. "Se va a liar. El ayuntamiento no ha previsto las consecuencias", opina el camareo. Mariana Uriarte, de la farmacia Teixidor-Ventura, dice que no entiende el sentido de esta exposición. "Son ganas de provocar", declara. Víctor Jerez, vecino del barrio, considera que esta instalación en plena calle es una idea excelente. "Activa la memoria histórica. Si provoca controversia es por el espacio elegido".