El éxito amenaza ahora a Montjuïc tras años de indiferencia y maltrato

El Ayuntamiento de Barcelona trabaja contra reloj para evitar que la popularidad del parque conlleve su decadencia

Aficionados al Piknic Electronik, ayer, en el recinto del antiguo parque de atracciones

Aficionados al Piknic Electronik, ayer, en el recinto del antiguo parque de atracciones / periodico

CARLES COLS / Barcelona

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La memoria tiende a guardar los buenos recuerdos y de Montjuïc se salvan en la mente colectiva aquellos saturnales conciertos en la recta del Estadi durante los años 80 y la sonrisa de satisfacción por cómo se celebraron allí algunas de las mejores competiciones de los Juegos Olímpicos en 1992. Hay más, sí. Pero las hemerotecas son muy perras y andan llenas de retratos de la decadencia del gran parque urbano de Barcelona. A caballo de los 90 y de los primeros años del nuevo siglo, Montjuïc fue noticia por el vandalismo (fueron destrozados el jardín de los cáctus y el de las esculturas), por los chaperos y las prostitutas, por los incendios provocados, por el olvido y la degradación del parque de atracciones una vez cerrado al público...

La montaña, sin embargo, vive hoy sus mejores tiempos. Es por fin, inesperadamente, el 'Central Park neoyorkino' que siempre quiso y no conseguía ser. Por la crisis (queda a mano) o simplemente porque es un placer, los domingos de Montjuïc son multitudinarios. El reto ahora es que no muera de éxito. En eso anda ahora el Ayuntamiento de Barcelona.

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