Estrellas congeladas

Otro destino 8 Torre Deutsche Bank.

Otro destino 8 Torre Deutsche Bank.

MAX JIMÉNEZ BOTÍAS / BARCELONA

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Entre los 30 proyectos hoteleros pendientes de conseguir la licencia municipal de obras o el cambio de uso -de edificio de oficinas a establecimiento turístico, principalmente- algunos competían por convertirse en símbolo arquitectónico de la ciudad. La torre Agbar ya lo es antes incluso de trasformar los despachos en habitaciones. Pero otros de esos inmuebles intentaban, sobre el papel, hacerse un lugar en el imaginario urbano de Barcelona. La torre Deustsche Bank, en el paseo de Gràcia; el edificio de Banesto en la plaza de Catalunya; el del cine Novedades, en la calle de Casp, y la antigua sede de Henkel, en la calle de Còrcega, eran cinco -si se suma el edificio de Jean Nouvel- aspirantes a convertirse en estrellas urbanas de Barcelona, pero la moratoria las deja en estrellas congeladas.

En el sector inmobiliario barcelonés la noticia no se recibió con sorpresa: «Ya hacía tiempo que se veía venir. En todo caso, es positivo que las dudas se hayan despejado con más rapidez de lo que se podía esperar», comentó ayer Jorge Ruíz, consultor del sector hotelero de CBRE.

Pero en función de la repercusión económica que puede implicar sobre cada uno de esos establecimientos, las reacciones fueron diferentes. «Josep María Farré [presidente del fondo KKH propietario de la torre del Deutsche Bank] quería aportar un gran hotel de lujo para la ciudad, que fuera una referencia en todos los sentidos», comentaron ayer fuentes cercanas al responsable del fondo inversor. La moratoria modifica los planes para la torre, que debía aumentar la superficie física que ocupa actualmente para llevar a cabo el proyecto hotelero. Si no puede ser un hotel, el fondo se planteará realizar otra cosa: oficinas o edificio residencial, comentan las fuentes.

Para los expertos del sector es precisamente este segmento el que registra menos oferta en la ciudad. «No sé si Barcelona ha agotado ya su capacidad de absorción, pero creo que la mayor parte del mercado está en el segmento de cinco estrellas», comentó Oriol Barachina, director de la consultora Cushman& Wakefield en Barcelona. «Si Hyatt (torre Agbar) o Four Seasons (Deutsche Bank) estaban dispuestos a entrar en Barcelona, es porque ven mercado en la ciudad», agregó.

No es ese el segmento que pretende ocupar Meridia Capital con el hotel que ha planeado para la exsede de Henkel. Se trata de un establecimiento de cuatro estrellas para una zona con una oferta limitada. «Respetamos totalmente la decisión y trabajaremos con el ayuntamiento para que vean la bondad del proyecto», comentó Xavier Faus, fundador de Meridia.

Grandes cadenas

También las grandes cadenas hoteleras españolas se ven afectadas por la moratoria. Iberostar era la opción de Pontegadea -Inmobiliaria de Amancio Ortega- para gestionar el hotel de la plaza de Catalunya, como Melià, a través de su marca Me Hoteles, es la encargada de gestionar el hotel que debía construirse en los inmuebles que ocupan el cine Novedades, el Hotel Barcelona (Husa), en la calle de Casp, y parte del edificio de  Zara en la Gran Via. Otras cadenas, sin embargo, ha salvado proyectos casi en el último minuto. Núñez i Navarro podrá acabar el hotel previsto en la calle Rec Comtal, gracias a que ya contaba con la licencia.

Las grandes cadenas compartirán moratoria con las especializadas en segmentos menos selectivos. Hostel, especializada en albergues, o Praktik Hotel, en segmento de tres y cuatro estrellas también tienen proyectos afectados en la ciudad.

«Los inversores institucionales que tienen que cumplir con unos objetivos anuales se van a plantear dónde invertir, si no lo pueden hacer en Barcelona». Para Albert Grau, socio de Magna HC, consultora que ha ayudado a muchos inversores a encontrar objetivos hoteleros en la ciudad, uno de los peores efectos de la moratoria es dejar pasar la oportunidad de atraer inversiones. «La ventaja es que los que ya están se verá beneficiados por menos competencia».

No todos los expertos ven un problema en la moratoria. Para algunos es una gran oportunidad para reflexionar sobre el modelo turístico de la ciudad. «En algunas zonas de la ciudad hace falta cierta regulación, por ejemplo en la Barceloneta. Todo el mundo en esta ciudad sabe que el modelo turístico necesita una revisión», comentó Jorge Ruiz, de CBRE. «Los inversores que quieran invertir en el sector, saben que pueden comprar hoteles ya establecidos», agregó.