LAS FIESTAS HERMANAS DE 'BarceKholm'

Estocolmo y BCN se dan la mano

Espectáculos estrenados este verano en Suecia se repetirán aquí en la Mercè

CASTELLERS  DE SANTS Una de las actuaciones más aplaudidas.

CASTELLERS DE SANTS Una de las actuaciones más aplaudidas.

XAVIER MORET
ESTOCOLMO

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Una espectacular proyección audiovisual en 3D sobre la fachada del Ministerio de Asuntos Exteriores de Suecia oficializaba estos días la relación que ha establecido este año el Festival de Cultura de Estocolmo con las fiestas de la Mercè de Barcelona. El audiovisual, que recibe el nombre de BarceKholm y está coproducido por ambas ciudades, repasa con imágenes, humor y música los tópicos sobre suecos y catalanes, y podrá verse en septiembre en la plaza de Sant Jaume, proyectado sobre una fachada, la del ayuntamiento, que guarda cierto parecido con la del ministerio sueco.

«El Festival de Cultura en Estocolmo se inició en 2006 sin tradición previa», comenta Claes Karlsson, su director artístico. «La idea era ofrecer una serie de conciertos y actos en la calle, todo gratuito, para dar vida a una bella ciudad que a algunos les puede parecer fría. Al principio nos fijamos en festivales como los de Avignon o Edimburgo, muy animados, y este año elegimos como tema Barcelona, una ciudad con muy buena fama en Suecia», prosigue el director.

Karlsson, que conoce bien las fiestas de la Mercè y el Festival de Tàrrega, contactó hace tres años con el Institut Ramon Llull para hablar de una posible colaboración. Desde el primer momento halló una buena predisposición por parte de su director, Àlex Susanna, y, como resultado, los Castellers de Sants, Txarango, Manu Chao, Nats Nus Dansa y Circ Combinat (con artistas de ambos países) han actuado, junto con varios artistas suecos, entre el 12 y el 17 de agosto en calles de Estocolmo.

La actuación de los Castellers de Sants en la plaza más céntrica de la ciudad, Sergels Torg, fue especialmente celebrada por el numeroso público sueco, que ovaciona los distintos castells que se levantan frente a la fachada de cristal de la moderna Kulturhuset (Casa de Cultura). El Circ Combinat también es aplaudido en esta misma plaza.

En Gustav Adolfs Torg, otra céntrica plaza de Estocolmo, el audiovisual en 3D dirigido por Mariona Omedes, que habla de tópicos como el famoso «mañana, mañana…» y la supuesta frialdad de los suecos, fue protagonista, junto con una programación musical con conciertos de jazz, folk, punk, pop, clásica y ópera. Muy cerca, en el puente de Nybro, con  el Palacio Real como fondo, las atracciones tuneadas de la compañía Antigua i Barbuda, inspiradas en los años treinta, convocaron a numerosos niños y turistas.

RIENDA SUELTA A LA FANTASÍA / Charlas sobre la Catalunya de hoy, literatura catalana, cine y fútbol completaron el papel de Barcelona en esta bella ciudad nórdica en la que el mar siempre está presente. Sendos escritos de la concejal de Cultura de Estocolmo, Madeleine Sjösted, y del alcalde de Barcelona, Xavier Trias, abrían el programa del festival para celebrar la creatividad surgida de la colaboración de ambas ciudades. En el mismo programa, un artículo de Álex Susanna citaba unas palabras del norteamericano Harold Bloom en las que apuntaba que «Barcelona es una ciudad creativa que, como Nueva York, Roma o París, da rienda suelta a la fantasía». «En los últimos años -reflexiona Karlsson- Estocolmo ha cambiado mucho. Antes era una ciudad más cerrada, pero se ha ido abriendo, porque la gente viaja más y porque ahora tenemos más de un 20% de inmigrantes. Estocolmo es ahora un gran melting pot y en el festival tenemos que hacer cosas que interesen a la gente, que es el alma de la ciudad. Buscamos espectáculos populares y de calidad».

El Festival de Cultura se complementa con un programa dirigido a los adolescentes, celebrado en los jardines de Kungsträdsgarden, y con diversos actos que se esparcen por esta hermosa ciudad que, especialmente en verano, parece rendir tributo a su privilegiada ubicación, repartida entre 14 islas conectadas por 53 puentes. Karlsson se muestra satisfecho al comentar los distintos aspectos de este festival que llena de música y alegría las calles de Estocolmo. Lo hace en el restaurante del Södra Teatern, en el barrio de moda de Östermalm, donde viven, por cierto, los protagonistas de las novelas de Stieg Larsson y un sinfín de alternativos y modernos.

Junto al restaurante, en una amplia terraza con vistas a Estocolmo, se celebraba un animado concierto feminista. Parecía que la fiesta no fuera a terminar nunca, pero a las 10 de la noche, con puntualidad sueca, los músicos dejaban de tocar y los asistentes regresaban en silencio a sus casas. «La fiesta es importante», resume Claes Karlsson, «pero el descanso de los vecinos también. Hay que saber combinar ambas cosas».

El relevo se producirá en el plazo de un mes, cuando Barcelona ceda a la ciudad sueca el honor de ser su invitada de honor (la octava) a las fiestas de la Mercè. Se basará en dos coproducciones, un espectáculo que se podrá ver en el castillo de Mont-juïc y el citado mapping BarceKholm

-creado por la artista multimedios Mariona Omedes- cuya versión para Barcelona se proyectará sobre el ayuntamiento. En él participan seis artistas barceloneses y otros tantos escandinavos.