UN AÑO DEL CAMBIO / INFRAESTRUCTURAS

Estado y Generalitat mantienen el bloqueo de obras del siglo pasado

El 1 de julio se cumplirá un año de la llegada de Xavier Trias a la alcaldía. EL PERIÓDICO publica una serie con el balance del mandato.

Cobertura de la estación de Sant Andreu Comtal, en el eje del AVE, ayer.

Cobertura de la estación de Sant Andreu Comtal, en el eje del AVE, ayer.

RAMON COMORERA
BARCELONA

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Con bonanza, burbuja o crisis, los grandes proyectos de infraestructuras ferroviarias y viarias de Barcelona y su área metropolitana concebidos a finales del siglo pasado y plasmados en los planes estratégicos de inversión de inicios del presente siguen bloqueados por el Estado o la Generalitat. Desde hace años y en circunstancias de todo tipo es un clásico recordar los nonatos accesos al puerto y al aeropuerto, la mejora y ampliación de Rodalies, la interconexión con nuevas líneas de la red de metro y de sus grandes estaciones de transbordo, el aumento de capacidad de la Ronda Litoral o la financiación del sistema de tarifa integrada del transporte público, por citar algunos ejemplos. En el primer año del cambio que postulaba Xavier Trias y que llevó a CiU al gobierno municipal, aunque haya sido con la exigua mayoría de 14 ediles tras más de dos décadas de hegemonía de la izquierda, las cosas siguen igual. O peor por la parálisis de la inversión pública.

Trias y también su ariete en este ámbito de estrategia, planificación y ejecución técnica, el teniente de alcalde de trayectoria intelectual Antoni Vives, han perseverado en la reivindicación de esas obras ante las administraciones superiores. Una reclamación, un liderazgo y también una falta de resultados que reprocharon con ardor al socialista Jordi Hereu. Tal acción, sin embargo, solo ha cosechado hasta hoy de la ministra de Fomento de turno, la popular Ana Pastor, las buenas palabras de siempre. Es la palmada en la espalda con citas de motores económicos y obras con retorno, pero seguida de vacuidad presupuestaria.

VARIOS CONTACTOS INFRUCTUOSOS / El alcalde, Vives y Pastor se han visto varias veces. Trias también se ha entrevistado con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy. La titular de Fomento anunció a principios de año la creación de una comisión mixta sobre la previsión de inversiones y los plazos de las actuaciones prioritarias. Los meses pasan y la comisión no funciona, aunque Vives situó, a requerimiento de la oposición, sus primeras reuniones a finales de mayo.

Mientras tanto, en este año difícil el PP ha aprobado con su rodillo parlamentario unas cuentas que el líder del cambio ha considerado profundamente injustas con la metrópolis de 3,5 millones de habitantes que lidera. En un entorno de penuria generalizada (Madrid con el agua financiera de sus deudas hasta el cuello se plantea nada menos que recoger la basura cada dos días para ahorrar), Barcelona tiene unas cuentas saneadas y mantiene empuje frente a la crisis.

TRIÁNGULO ECONÓMICO / No es poco planear 1.900 millones de inversión en el programa de actuación municipal hasta el 2015. Y podría ser bastante más, insisten Trias y Vives, si el Estado abordara de una vez las vías y autovías pendientes para que despegue el triángulo económico del presente y del futuro: el puerto ampliado, el polígono de la Zona Franca y el nuevo aeropuerto con la flamante

T-1. Pero el PP no paga sus deudas estatutarias a la Generalitat, y hasta las discute en base al lesivo fallo del Constitucional.

Con el Govern hermano de CiU, el alcalde tampoco endereza la situación. Pese a decir al llegar al cargo que el tramo central de la L-9 del metro por el norte de la capital es una obra clave, ha tenido que aceptar el hecho consumado de la paralización sine die del largo túnel y de las muchas estaciones a medio hacer entre La Sagrera y Zona Universitària. La urbanización provisional que entierra hasta nueva orden las zonas de obras de las paradas acabará este verano.