Un espacio donde compartir con los demás el placer de leer

Los clubs de lectura de las bibliotecas de Barcelona inician en octubre una nueva temporada, en la que se comentarán libros de diversos estilos y géneros

El club de lectura de la biblioteca Francesa Bonnemaison, en una de sus sesiones mensuales.

El club de lectura de la biblioteca Francesa Bonnemaison, en una de sus sesiones mensuales. / periodico

EDUARD PALOMARES / BARCELONA

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“Leer es un acto individual, pero que se convierte en colectivo cuando comentas el libro con otras personas”. Estas palabras del escritor y periodista mallorquín Sebastià Bennasar captan  perfectamente la esencia de los clubs de lectura de la red de Biblioteques de Barcelona, que comenzarán la nueva temporada el próximo octubre. De hecho, él mismo volverá a conducir algunos de los 50 clubs de lectura programados, que siempre están dirigidos por un experto y consisten en sesiones mensuales de cerca de una hora y media, en las que se van comentando los libros propuestos.

En este sentido, cada moderador tiene libertad para escoger los libros que dará a leer a los miembros del club de entre una lista de 1.300 referencias (deben existir más de 20 unidades del mismo título), lo que hace que cada grupo tenga su propia personalidad, forjada tanto por los gustos del experto que lo dirige como de los diferentes usuarios que lo componen.

Bennasar suele conducir un club orientado a la novela negra, por lo que las elecciones se mueven siempre dentro del ámbito detectivesco, pero también otros dos de carácter más general, donde se suceden estilos y géneros: “Intento equilibrar la propuesta entre grandes autores de la literatura universal que tengan libros cortos, para tener tiempo de leerlos, con escritores catalanes, autores vivos y clásicos contemporáneos. En cualquier caso, siempre tengo en cuenta las peticiones de los usuarios, que a veces piden más novela, teatro, poesía, viajes…”.

PERSONALIDAD PROPIA

El también periodista y escritor barcelonés Álvaro Colomer es otro de los conductores habituales de estos clubs de lectura, en bibliotecas como la de Santa Pau-Santa Creu, Vilapicina y Les Corts.

Su receta tiene muy en cuenta el bagaje de los miembros del grupo, que suelen ser lectores avanzados y que ya suelen tener controladas las novedades y los títulos más conocidos. “Intento sugerirles aquellos libros que normalmente no se detendrían a mirar, como clásicos contemporáneos, libros de peso o aquellos que no suelen salir en los medios de comunicación”.

Algunos clubs, como el del Raval, ya tienen una personalidad tan definida que siempre suelen caminar en una misma dirección, en este caso, la literatura árabe y oriental, con algún toque africano. En otros, existe una mayor libertad de elección, aunque “el espíritu de cada biblioteca siempre es diferente”.

La lectura del libro sigue siendo un acto completamente individual, pero en el proceso de los clubs de lectura se debe tener muy en cuenta el prólogo y, sobre todo, el epílogo. Es decir, la presentación y los comentarios posteriores.

En la primera acción, se suele introducir el libro y explicar por qué se ha escogido y cómo se relaciona con el hilo conductor de la temporada, además de entregar a los usuarios un dossier con diversas informaciones, resúmenes y notas sobre el autor.

“De todas maneras, yo soy partidario de primer leer el libro y luego consultar la información del dossier, para no empezar la lectura condicionado”, señala Bennasar, que está temporada estará en las bibliotecas del Gòtic y Sant Gervasi.

INTERPRETACIONES DIFERENTES

La parte buena, sin embargo, viene a la hora de comentar los libros, especialmente aquellos que tienen la capacidad de despertar cierto debate, no exento de sorpresas. “De 25 lectores pueden surgir 25 lecturas diferentes. Nunca sabes si un libro funcionará o no, aunque siempre hay personas a las que las ha gustado y otras a las que no. Lo interesante de estos clubs es que las opiniones, tanto a favor como en contra, siempre están argumentadas”, añade el escritor mallorquín.

Algo que ratifica Colomer: “Te encuentras siempre con interpretaciones muy variadas, incluso de argumento. También, como crítico, me doy cuenta que existe una gran brecha entre la opinión de los lectores y la de la prensa especializada. Y esto es un gran fallo del periodismo cultural”.

A la hora de los comentarios, el papel del moderador es fundamental, tanto si es más o menos intervencionista. “Aunque siempre tengo definidas cuáles son las claves de cada libro, prefiero callármelas al principio, para que sean los propios usuarios los que las vayan sacando a la luz”, explica Álvaro Colomer.

Sebastià Bennasar también opta por un perfil bajo a la hora de moderar, introduciendo los temas a tratar sin opinar en exceso. “Solamente al final, o cuando ves que el debate está estancado, intento fijarme en temas más literarios, ya sea de estructura o narrativa. Cuando se trata de clásicos, sí que me gusta poner sobre la mesa algunos temas determinados”.

Pero siempre sin olvidar la esencia misma de estos clubs: “Se trata de reuniones de lectores, y nunca hay lectores mejores que otros”. Al fin y al cabo, todo esto va de disfrutar de la literatura y de compartirlo con los demás.