Errores, aciertos y rarezas científicas en el Zoo de Barcelona

Un cuidador sirve alimento a los elefantes del Zoo de Barcelona.

Un cuidador sirve alimento a los elefantes del Zoo de Barcelona.

CARLES COLS / BARCELONA

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LAS ELEFANTAS, UN DECISIÓN DE PESO

Menos animales y más cómodos. Ese criterio prevalece desde hace unos años en el Zoo de Barcelona. Así fue como se decidió recrear una sabana para elefantes y jirafas, dos especies que no están amenazadas, y se acordó, en contra de algunas voces internas, que Pedro sería el último rinoceronte de Barcelona. Está muy anciano. Él sí es un representante de una especie amenazada. Cuando fallezca, por ejemplo, se presentarán en el zoo agentes de la Guardia Civil para censar su cuerno, por el que sus congéneres mueren en África.

En aquella decisión, elefantes o rinocerontes, pesó más el interés del público que el del conservacionismo. Desde entonces, Susi, Yoyo y Bully, las elefantas de Barcelona, son el blanco de los grupos animalistas. A veces se reclama alocadamente su libertad, algo inviable. En realidad son tres ancianas que pasaron su vida en circos y para las que el Zoo de Barcelona es una suerte de residencia de la tercera edad, bastante espaciosa desde la última reforma.

LOS SIMIOS, ETERNO DEBATE

Gorilas, chimpancés y orangutanes. De las cinco especies de primates hominoideos, solo dos no se exhiben en el Zoo de Barcelona, el hombre y los bonobos. Ese parentesco genético hace que los grupos animalistas presten especial atención tambien a estos animales en su batalla por el cierre de los zoológicos, pues consideran un maltrato que vivan en cautividad. Entre las propuestas que se le han planteado a la ponente del informe que decidirá el futuro del zoo no falta, por ejemplo, quien sugiere que se acentúen las políticas de contracepción para que no nazcan más primates en en el zoo. Al otro lado de la balanza, en este capítulo del debate, hay que destacar que el conocimiento acumulado en Barcelona sobre la cría en chimpancés y gorilas es ya enciclopédico y resulta indispensable para afrontar la supervivencia de estas especies en sus hábitats originales. Uno de los éxitos más recientes fue lograr que un bebé chimpancé fuera criado en adopción por otra madre ante el rechazo de la biológica.

LOS KOMODOS, UNA SORPRESA INSÓLITA

En 1926 se cumplirán 100 años del primer encuentro cara a cara entre el hombre blanco y el dragón de Komodo. Fue una expedición a los mares del sur que encabezó William Douglas Burden. Regresó a Nueva York con varios ejemplares, que murieron por falta de irradiación solar antes de que los responsables del zoo de aquella ciudad entendieran qué les pasaba a esos fascinantes lagartos. Desde entonces mucho se ha aprendido sobre ellos, y no siempre en su hánitat natural. En el año 2005 ocurrió en el Zoo de Londres algo insólito. Una hembra puso huevos fértiles en ausencia de un macho. Un año después ocurrió lo mismo en el Zoo de Chester. Como si de la ficción de 'Parque Jurásico' se tratara, los científicos descubrieron que esta especie es capaz de la partogénesis, el alumbramiento sin macho, si las condiciones ambientales así lo requieren. La naturaleza se abre paso, avisan en la película. Para un animal que vive desperdigado entre islas e islotes, como los komodos, esa es una habilidad muy interesante.