BALANCE DE MANDATO EN EL AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Xavier Trias: "El turismo es un 'boom' y debemos acostumbrarnos"

"Hay interés político en crear agitación en la Barceloneta o la Sagrada Família"

El alcalde Xavier Trias posa en el balcón del ayuntamiento con la Generalitat al fondo.

El alcalde Xavier Trias posa en el balcón del ayuntamiento con la Generalitat al fondo.

CARLOS MÁRQUEZ / PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Xavier Trias no es persona de dar grandes titulares. Sea por los galones que le cuelgan tras más de 30 años de política activa, o por la prudencia que exige la cercanía electoral, el alcalde de Barcelona orilla cualquier polémica o asunto espinoso para llevar la actualidad a un plano general, casi cenital.

-¿Cree, como defiende el Gremi d'Hotels, que Barcelona puede pasar de 7,5 a 10 millones de turistas al año en un ambiente tan crispado?

-Si vienen 30.000 personas a un congreso de Cardiología, o 70.000 al de los móviles, es un éxito. El que no nos interesa es el turista de follón. La gente que vive aquí encuentra que esta es una ciudad turística, ha sido un 'boom' y nos hemos de acostumbrar, pero según qué cosas no nos gustan y deben funcionar de forma diferente. Hay que ir tomando decisiones para que el turismo no rompa la convivencia en la ciudad.

-¿Cómo se gestiona ese éxito?-Es verdad que hay situaciones puntuales que no nos gustan, y que hay que poner orden. El desbordamiento de los apartamentos turísticos no tiene lógica y perjudica a la vivienda de alquiler. Hay gente que hace trampas y a estos hay que perseguirles y aplicarles al máximo la ley.

-¿Pero por qué se ha dejado que el problema llegara tan lejos? 

-Hacemos normas pero la gente se las salta. Es verdad que se ha desbordado, pero no ahora, hace años que está desbordado y desde que estamos nosotros se está poniendo orden y seguiremos así. Fíjense si es complicado que una concejala (Itziar González) tuvo que irse. No será fácil.

-¿Por qué se rebelan ahora la Barceloneta y la Sagrada Família? 

-La gente tiene razón en que hay momentos que son extremos. Pero luego hay otra cosa diferente que es cómo se utiliza la protesta. Hay un interés político en crear cierta agitación con personas que están en lugares vitales de representatividad y que han decidido dar un paso político.

-¿Entonces no cree que las protestas hayan sido espontáneas?

-Como alcalde, soy respetuoso. Primero le doy la razón al vecino, luego pongo medios para que las cosas se encarrilen, y más tarde, recibo a la gente. Habrá seguimiento. Y pese a ello, hay gente que se sigue quejando. Hay que ver si las medidas generan correcciones o si hay que aplicar más, pero no caeremos en el populismo de decir que haremos cosas que no se pueden llevar a cabo. El ayuntamiento no puede transgredir la legalidad. Si un apartamento es legal no se puede ilegalizar a no ser que haga cosas mal hechas. Hay personas que utilizan esto a su manera.

-¿Personas que lo alimentan?

-No hay que ser muy listo para ver lo que pasa. Los problemas de la ciudad están ahí, pero en ocasiones, las cosas pasan a siete meses de las elecciones de una manera más intensa.

-¿Cómo solucionamos las molestias que ocasiona un piso turístico?

-Nosotros estamos en contra de la especulación turística. Los apartamentos tienen sentido en según que sitios de la ciudad si están en edificios verticales. Pero estoy en contra de la distribución horizontal porque alteran el mercado del alquiler. Nuestra idea es clara: apartamentos turísticos en vertical. Yo quiero que una persona pueda alquilar a un buen precio, que tenga que invertir no más de una tercera parte de lo que gane cada mes.

-Uno de los espacios más devorados comercialmente por todos estos cambios es la Rambla. ¿Se está a tiempo de revertir la situación?

-La Rambla de los 60 era zona de marines y prostitución, hay historias para no dormir. Está mejor ahora que antes, pero sí que hay una situación difícil, mares de turistas. Todo el que viene quiere recorrerla. Tendrá siempre un problema de éxito, es imposible no dejar que paseen.

-El turismo ha sido un dolor de cabeza, pero quizás no llegue al nivel de la semana de Can Vies. ¿Fueron los peores días del mandato?

-Ha habido muchas semanas complicadas. Aquella fue compleja, sí, de tomar decisiones rápidas. Las tomamos y estoy contento. Hay muchos que me dicen que deberíamos haber demolido el casal okupa entero, pero creo que hicimos bien. Logramos parar la violencia y estamos en la fase de decidir qué hacer. Deberá debatirse con los vecinos, y los okupas han de entender que volver debe ir ligado a una legalidad.

-Una legalidad que no aceptan.

-Pues debe existir. El ayuntamiento colabora con muchas entidades a las que entrega la gestión cívica de un espacio, pero enchufados al agua y a la luz, que incluso podrían pagar con una subvención. Solo requerimos un comportamiento normal.

-También el precio del transporte público ha generado malestar. ¿Cree que la tarifa debe volver a incrementarse en el 2015?

-No. Lo que debe hacerse es llegar a un buen acuerdo de financiación. La situación es muy complicada, no podemos seguir acumulando déficit. Hay que cumplir el plan de empresa, y si no se cumple, las administraciones deberán aportar más dinero.

-¿El usuario no?

-No, aunque ya lo hace con sus impuestos. Soy partidario de congelar las tarifas. En tiempos de crisis no es bueno subir los precios, pero no podemos dejar a nuestros nietos una situación tan demencial, con un transporte público que acumula una deuda de 540 millones de euros.

-Usted es un firme defensor de la movilidad eléctrica. ¿Por qué entonces su vehículo oficial no es un coche eléctrico?

-Iremos en uno de ellos cuando haya uno adecuado. Creo que es el futuro, el gran cambio de todas las ciudades. Pero la discusión no es tanto la contaminación sino el uso que quieres dar al espacio público. Cuando aumentamos aceras no lo hacemos para reducir los coches. ¿Es para que no pasen los coches o para que la gente pueda pasear? Esa es la discusión de fondo de los próximos años.

-¿Barcelona se presentará a los Juegos de Invierno del 2026?

-Eso deberá decidirlo la gente en una consulta ciudadana.

-Sería la primera, a pesar de que en su programa electoral prometía consultar sobre los asuntos importantes de ciudad...

- No es cierto, hay distritos que han preguntado a la gente. Se han hecho microconsultas. Por ejemplo en Poblenou, sobre cómo debía sera la rambla. Lo que no hacemos es hacer consultas sobre cosas que están decididas.

-¿Entonces está contento con el nivel de participación ciudadana?

-Siempre se puede mejorar, pero nadie podrá decir que no se le ha escuchado y que no hemos corregido el tiro 50 veces.