ENTREVISTA

Jordi Camí: "A igualdad de condiciones, Barcelona es insuperable"

El director general del PRBB destaca la madurez de la ciudad para atraer talento internacional

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ANTONIO MADRIDEJOS / BARCELONA

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Jordi Camí, catedrático de Famacología Clínica de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), ha pilotado el proyecto del Parc de Recerca Biomèdica (PRBB) desde mucho antes de que el gran complejo científico se hiciera realidad.  

¿Qué había aquí antiguamente? Un campo de fútbol. El campo del Barceloneta.

¿Y cuándo empezó a hacerse realidad su sueño? La primera propuesta la redacté en 1985, cuando era director del IMIM, el Instituto Municipal de Investigaciones Médicas, pero quedaba todavía mucho trabajo. El primer paso fundamental fue en 1991, al lograr que el plan general urbanístico reservara el espacio del campo de fútbol para parque biomédico. Eso significaba que aquí ya no se iba a construir otra cosa. Siempre hubo una persona muy receptiva, Joan Clos, primero como concejal de Ciutat Vella y luego como alcalde. Clos estaba convencido de la necesidad del PRBB.

Todo cristaliza entonces. También fue muy importante la puesta en marcha de los estudios de Ciencias de la Salud de la Pompeu Fabra y el acuerdo con el ayuntamiento. Eso lo desencalló definitivamente. En el 2000 hubo una inauguración política y al año siguiente empezaron las obras

¿Cómo convenció a los políticos? Supongo que hubo varios aspectos. Uno fue convencerles de la necesidad de impulsar la investigación biomédica junto a un hospital y una universidad. Habíamos visto varios parques en esta línea en Estados Unidos, especialmente uno en Carolina del Norte. Otro fue lograr una masa crítica importante de investigadores. Creo que fue una visión acertada.

¿Qué diferencia hay entre el proyecto inicial y el resultado actual? No es lo mismo porque todo evoluciona, pero la esencia es la misma. Quizá pensamos al principio una visión más integrada de los centros, con plataformas y recursos administrativos compartidos. Nos hemos ido adaptando a los tiempos.

¿La realidad ha ido más rápido que las previsiones? Sí, en muchos aspectos. Cuando empezó a funcionar el PRBB, por ejemplo, no existían ni los 'smartphones' ni la nube en internet. Uno de los aspectos que nos ha superado más ha sido el tratamiento de datos informáticos. Cuando creamos nuestro 'data center' se consideraba que era un monstruo, pero se quedó pequeño. Para mantenernos en la frontera del conocimiento hemos tenido que ser flexibles.

¿Un edificio tan singular y una ciudad como Barcelona han influido en la captación de talento extranjero? Mucho, pero no ha sido el factor determinante. Los científicos buenos quieren ir donde hay otros científicos de referencia y donde las condiciones son buenas para trabajar, empezando por la cuestión tecnológica. Si esto lo encuentras en Minnesota, aunque tenga un clima tan radical, pues vas a Minnesota.

¿Entonces? Pues creo que esos requisitos indispensables para captar talento los hemos conseguido en poco tiempo. Y entonces, en igualdad de condiciones, Barcelona es imbatible. 

¿Cómo les ha afectado la crisis? Aunque la crisis ha sido devastadora, especialmente en lo que concierne a los recursos procedentes de la Administración central, hemos sobrevivido bastante bien porque la gente de aquí ha reaccionado y ha sido capaz de captar recursos europeos de forma existosa.

¿Y alguna otra clave del éxito? El dinero es una condición necesaria, pero no suficiente. Supongo que tuvimos visión, liderazgo y organización. El secreto ha sido rodearte de personas más brillantes que tú, como el profesor Miguel Beato.

¿Qué será el PRBB de aquí a diez años? Igual ni existen los mismos centros ni la misma distribución, pero espero que el PRBB siga siendo un lugar de referencia internacional. Debemos adaptarnos a las transformaciones tecnológicas que vendrán. Tener capacidad de adaptación.