PETICIÓN DE PARTE DEL TEJIDO ASOCIATIVO DEL DISTRITO

La FAVB y otras entidades apoyan un plan para salvar Can Vies

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HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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Sitúan en el punto de partida la modificación del Plan General Metropolitano (PGM) firmada en el 2003 para cubrir las vías del AVE con el famoso cajón, cuya larga transformación hasta convertirse en la rambla que es hoy ha marcado la última década en el barrio. Una cobertura que no fue nunca la batallada por los vecinos, que reivindicaron siempre el soterramiento.

Catorce años después, y no sin numerosas peleas y desencuentros, las dos primeras fases del proyecto son una realidad: la calle de Antoni de Capmany -en el lado montaña del cajón- y la rambla ajardinada que se abre paso sobre el mastodóntico cajónrambla ajardinada. El lado mar, en cambio, la tercera y última fase del proyecto sigue pendiente, con un conflicto aún sin resolver: el futuro de Can Vies. 

Con el objetivo de desencallar esta última fase y pasar definitivamente página al culebrón de las vías, el Centre Social de Sants -entidad histórica con gran peso en el barrio- propone este miércoles, arropado por el Secretariat d'Entitats de Sants -que aúna a 310 entidades de diversa tipología- y la FAVB (Federació D'Associacions de Veïns de Barcelona), revertir la modificación del PGM en las parcelas aún por ejecutar para redibujar los accesos a la parada de metro de Mercat Nou al cajón desde ese sector, desafectando Can Vies (lo que la salvaría de la piqueta).

La medida ideada por el Centre Social -entidad que medió durante el conflicto que encendió el barrio en mayo del 2014- propone hacer borrón y cuenta nueva a esta lado del cajón para mantener Can Vies en pie, como equipamiento para el barrio, y hacerlo compatible con el redibujo de la rampa de acceso a la rambla elevada desde ese punto. Una desafectación que sus defensores entienden como un punto de partida para poder sentarse a hablar sobre el futuro del emblemático centro social okupado de la calle de Jocs Florals y superar un conflicto -la herida de las vías- que arrastran desde hace demasiados años.

El gobierno de Colau, que ha apostado desde el primer día por mantener Can Vies en pie (al menos el sector de Barcelona Comú, el PSC es otro cantar), no quiere pronunciarse sobre la propuesta del Centro Social hasta que esta sea pública -la presentan este miércoles en rueda de prensa-. Fuentes municipales, eso sí, subrayan que apuestan por el "máximo diálogo", "cerrar la herida abierta" y "evitar politizar de nuevo la solución de Can Vies"; e insisten en que la solución "ha de venir de los vecinos".

LA OTRA PROPUESTA

La cosa se tuerce aquí. Para cerrar la herida abierta es necesario un consenso vecinal que, por el momento, no se ha logrado. La propuesta que el Centre Social pone sobre la mesa no es la única elaborada por el vecindario. A finales de enero, la Plataforma Adéu Can Vies y la Asociación de Vecinos de Badal, Brasil, Bordeta, presentaron otra propuesta en la que pedían que se derribara Can Vies y se abriera ya la rampa prevista en esos terrenos "sin ninguna modificación sobre el plan inicial".

Para solucionar la falta de espacios para las entidades del barrio que todo el tejido asociativo denuncia, estas dos plataformas proponen o aprovechar el pequeño edificio -80 metros cuadrados- previsto en el proyecto inicial o que el actual edificio de los transformadores de TMB, catalogado, acoja las actividades sociales de las entidades del barrio. Eso sí, con una pequeña cláusula: "La única condición que planteamos para su uso, y sin más limitación, es la aceptación de las normas de comportamiento o tutela institucional que respetan el resto de entidades", destaca la propuesta de los contrarios a mantener el centro social okupado, tanto en la forma -el edificio-, como en el fondo.  

EL CONSENSO DE BURGOS

Además de la falta de espacios comunitarios, hay otro factor, no menor, que genera un consenso absoluto. Todos coinciden en que el verdadero problema del enclave es la situación de infravivienda en la que viven decenas de familias en la calle de Burgos, también en el lado mar del cajón y afectadas por el mismo plan. A parte del sector de Jocs Florals -donde se levanta la parte de Can Vies que las excavadoras dejaron en pie aquella movida jornada de mayo del 2014-, queda pendiente el realojo de los vecinos entre el 33 y el 47 de la calle de Burgos. "Es urgente que se agilice el realojo a una vivienda digna de estas personas", coinciden todas las voces del barrio.

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"C\u00f3mo hemos llegado hasta aqu\u00ed","text":"En paralelo a esta reforma urban\u00edstica,\u00a0en\u00a0mayo del 2014,\u00a0las m\u00e1quinas entraron a derribar el\u00a0centro social okupado desde 1997,\u00a0propiedad de TMB, lo que desencaden\u00f3 cinco noches de protestas que terminaron con el anuncio del ayuntamiento, entonces en manos de CiU, de\u00a0la paralizaci\u00f3n del derribo.\u00a0Tres a\u00f1os m\u00e1s tarde, y cambio de gobierno mediante,\u00a0el futuro del espacio sigue en el aire."}}