Encuentros con historia

Hace 10 años que un grupo de jubilados se reúne cada jueves en la cafetería del Centre de Cultura Contemporània de Barcelona. Son los antiguos alumnos de una generación que vivió la infancia y juventud en la Casa de la Caritat

EL PERIÓDICO / Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Mientras pasea por la plaza de Joan Coromines, Josep Maria Pi recuerda los días en la Casa de la Caritat, el centro de beneficencia donde iban los niños de la ciudad que eran huérfanos o aquellos que, por cuestiones económicas o familiares, no podían vivir con su familia. "Mi padre se quedó viudo", recuerda Josep Maria, "y con cinco hijos se agobió y me trajo aquí. Estuve de los 10 a los 17 años”.

La Casa de la Caritat era un hospicio que estuvo activo desde principios del siglo XIX hasta los años 50 y alojaba tanto gente mayor necesitada o enferma, como niños y jóvenes. En total unas 3.000 personas.

Estaba dirigido por monjas así que la educación y la formación era religiosa y, a la vez, recuerdan los antiguos alumnos, estricta. Pero en una época en la que se pasaba hambre y penurias en la calle, todos ellos tenían las necesidades cubiertas.

La realidad de cada uno era muy diferente y los recuerdos se contradicen muchas veces. Pura Lozada, por ejemplo, vivió en el centro porque sus padres se separaron y ninguno de ellos se podía hacer cargo de ella. Pura no olvida la falta de afecto que tuvo en el hospicio pero a la vez dice, "como era buena niña y cantaba, las monjas me tenían mimada".

En cambio Jose Agrest, que fue abandonado por su madre cuando nació en la Maternitat, explica que "siempre estaba castigado y me hacían limpiar las mesas de mármol con papel de periódico".

Son historias que suenan de fondo en los encuentros semanales porque todas las conversaciones acaban remontándose a aquellos años de posguerra. Por el momento no faltan a la cita porque, como ellos mismos dicen, han compartido las mismas experiencias y se sienten identificados los unos con los otros.