REFUERZO DE LA SEGURIDAD

Empieza a patrullar el grupo de playas de la Guardia Urbana de Barcelona

Los hurtos, robos y la venta ambulante no autorizada, en el punto de mira

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EL PERIÓDICO / BARCELONA

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El Grupo de Playas de la Guardia Urbana de Barcelona se ha puesto en marcha esta semana para velar por la seguridad en la fachada marítima de la ciudad durante el verano. Unos 90 agentes forman este grupo operativo puesto en marcha en el 2012 para actuar ante las emergencias y contra los delitos o actividades no autorizadas en las 10 playas de Barcelona.

Los hurtos, robos y la venta ambulante no autorizada, especialmente de bebidas, se encuentran en su punto de mira. El verano pasado intervinieron un total de 202.730 bebidas, el 61% más que el año anterior. El verano pasado este grupo policial repartió 120 'kits' a las víctimas de robos y hurtos en la playa, que contenían una bolsa con una camiseta, chanclas, unos pantalones y billetes de metro.

MÁS SEGURIDAD

Otra función importante del grupo es atender emergencias y vigilar que los bañistas no se alejen de las zonas seguras. El pasado verano auxiliaron a 85 personas en el mar (51 en el verano del 2015) y realizaron 10.043 actuaciones en los espigones de Barcelona, la mayoría de ellas avisos de que está prohibido bañarse en esta zona por el riesgo que conlleva. También interpusieron 82 denuncias por no respetar las indicaciones de baño (55% más que el año anterior). En su gran mayoría por bañarse en los espigones y en otras zonas señalizadas en las que no está permitido el baño o el paso está restringido.

HASTA SEPTIEMBRE

Los integrantes de este grupo, que estará operativo hasta finales de septiembre, patrullan a pie, en bicicletas, 'scooters', 'quads' adaptados para circular por la arena, coches y dos embarcaciones semirrígidas de unos 7 metros que permiten optimizar las tareas de vigilancia de la playa y los espigones.

Uno de los principales objetivos es reducir la venta ambulante no autorizada, especialmente de bebidas. Además de ser una actividad prohibida, muchas de estas bebidas se preparan sin las garantías sanitarias mínimas y se guardan en lugares insalubres, como en alcantarillas. Precisamente una de las tareas del grupo es detectar cloacas donde se hayan escondido latas o preparados como mojitos para decomisar y evitar que acaben en el estómago de los bañistas.