EN EL BARRIO DE SANT ANTONI

Los Mossos desalojan el centro social 'okupado' La Carboneria

La policía ha descolgado a dos jóvenes de la fachada del edificio, 'okupado' desde el 2008

Momento del desalojo del centro social, este miércoles.

Momento del desalojo del centro social, este miércoles. / DANNY CAMINAL

HELENA LÓPEZ / Barcelona

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El desembarco de unos 300 policías a plena luz ha pillado este mediodía a contrapié a los miembros del centro social okupado La Carboneria, a pocos metros del mercado de Sant Antoni. Pese a que eran conscientes de que el desalojo podía producirse en cualquier momento, ya que la orden judicial abierta estaba en vigor desde el pasado día 15, los activistas imaginaban un desalojo de madrugada, cuando suelen suceder esas cosas, con lo que a las doce del mediodía la resistencia dentro del edificio era mínima, y la mucha policía logró sacar a los pocos activistas que hacían guardia en esa por fácil, difícil hora, en algo más de dos horas, mientras los vecinos y activistas iban llegando a cuentagotas a las inmediaciones de la finca, inaccesible por un infranqueable muro policial. 

Los concentrados, que hacía la una y media del medio día eran unos 300, pudieron hacer poco más que mirar la escena y lanzar consignas de rabia contra un desalojo, que terminó a primera hora de la tarde, con el tapiado de todos los accesos de la majestuosa finca entre las calles de Urgell y Floridablanca, que había cogido los numerosos proyectos sociales y culturales del centro social La Carboneria desde el año 2008.

La enorme finca, ubicada en un goloso lugar, pertenece la entidad bancaria Barklays, quien se hizo con ella tras la quiebra de la inmobiliaria que la precedió en su propiedad. El edificio era conocido y reconocido por el enorme mural que decoraba su fachada, los primero años, un gran árbol –arraigado como el centro social al barrio– y en los últimos tiempos un globo aerostático.

Tras conocer que se estaba produciendo el desalojo, varias decenas de personas se concentraron frente al lugar para intentar parar el desalojo, algo que fue imposible, ya que la policía cortaba todos los accesos por tierra, y los vigilaba por el aire desde el terrado de la finca, lleno de policía armada, y desde un helicóptero, que estuvo dando vueltas por el centro todo el día. Las dos personas que se colgaron de la fachada para intentar evitar el desalojo fueron identificadas por la policía, quien también identificó a las otras 14 personas que había dentro de la finca.

Una de las personas que acudió a la puerta de La Carbonería fue el vicepresidente de la Asociación de Vecinos de Sant Antoni, Toni Sánchez, quien mostró su apoyo al centro social y subrayó que «ha sido un local que siempre se ha ceñido a las normas de convivencia y ha participado en la vida asociativa del barrio». Tras la manifestación espontánea que cortó a su paso varias calles del centro de la ciudad tras el desalojo –entre ellas la Gran Via–, y en la que se movieron varios contenedores, los miembros de La Carboneria convocaron una segunda marcha por la noche, que partió de la plaza de la Universitat y en la que participaron más de 1.500 personas y que acabó con algunos cajeros reventados.