Dos galerías exploran L'Hospitalet como Brooklyn barcelonés del arte

Àlex Nogueras y Rebeca Blanchard, anteayer, frente a su sede de L'Hospitalet.

Àlex Nogueras y Rebeca Blanchard, anteayer, frente a su sede de L'Hospitalet.

Carles Cols

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Dos vanguardistas galerías de arte, Nogueras-Blanchard Ana Mas Projects, han decidido poner fin a su vida comercial en la ingrata Barcelona (la de los alquileres desorbitados, la de la banalización turística y la culturalmente algo desnortada) y renacer en L'Hospitalet. Para la segunda ciudad de Catalunya, esta es una muy oportuna decisión, porque el ayuntamiento puso en el anterior mandato municipal las bases para convertir 25 céntricas hectáreas en un distrito cultural. Las dos galerías se han instalado, juntas, a tiro de piedra de esa área en construcción, en un edificio industrial de los años 70 de la calle de Isaac Peral, que de tan feo hasta resulta hermoso.

«En su día fuimos de los que nos creímos el eje cultural que las instituciones públicas prometieron crear en Barcelona -explica Àlex Nogueras-, y durante un cierto tiempo funcionó bien». Noguera y su socia Rebeca Blanchard abrieron en el 2004 su galería en la calle de Xuclà, en el extremo norte, por lo tanto, de un eje que tenía la cúspide en el Macba y que bajaba a través del Raval hasta el Centre d'Art Santa Mònica. La errática política de las administraciones, que decapitaron en ocasiones a brillantes gestores, y, sobre todo, el exponencial encarecimiento del metro cuadrado de alquiler en el corazón de la ciudad han puesto a una parte sustancial de las galerías de arte en aquello que los biólogos evolucionistas definen como un cuello de botella demográfico. La readaptación garantiza la supervivencia. El enemigo, por ejemplo en el cruce más icónico del galerismo de arte barcelonés, la confluencia de la rambla de Catalunya con la calle de Consell de Cent, es el rentista, esa especie que sube los alquileres al margen de las consecuencias de su decisión. Ahí está el caso de la galería Joan Prats, que tuvo que emigrar por la subida del alquiler, y reabrió allí una tienda de moda que también cerró porque no le cuadraban las cuentas mensuales.

Vaso medio lleno, medio vacío

Que dos notorias galerías (Nogueras-Blanchard dio mucho de qué hablar en la última edición de Arco con su vaso de agua medio lleno o medio vacío del artista cubano Wilfredo Prieto) viajen hasta L'Hospitalet es, visto así, hasta un proceso natural. Algunas galerías barcelonesas han buscado refugio en el Poblenou y en Montjuïc, otras en la calle de Balmes, también en Trafalgar... L'Hospitalet, en esta suerte de diáspora, es el Brooklyn local, el distrito neoyorquino en el que se han instalado no pocas galerías de arte, tras desdeñar el Lower East Side como alternativa a Chelsea.

Aunque el grueso principal de la actividad se mantiene aún en el tramo central de Consell de Cent, ese indiscutible proceso de dispersión (sea mayor o menor, pues la discusión no ha terminado) no es una buena noticia para Barcelona, subraya Blanchard, y pone como prueba del nueve el revelador caso de Madrid. En la capital de España, una suma de factores propició que hasta 15 galerías se hayan concentrado en un rincón del barrio de Lavapiés, en la calle del Doctor Fourquet. Aquello ha sido un exitazo. Coordinan sus agendas de estrenos y, gracias a la cercanía geográfica del Centro de Arte Reina Sofía, esa callecita es un referente internacional.

La arquitectura influye

Desde el punto de vista de Nogueras, L'Hospitalet reúne algunas condiciones que no saltan a la vista pero que merece la pena conocer. Una, importante, es que ofrece espacios que escasean en Barcelona. Los bajos comerciales de la capital tienen una característica común que a veces pasa desapercibida: son de fachada estrecha y si ofrecen muchos metros cuadrados es en forma de túnel. Están bien para una tienda, para poner un mostrador cerca de la entrada y detrás tener un almacén, pero si se desea un espacio para exponer obra de artistas contemporáneos esa arquitectura termina por ser un hándicap. El edificio del número 7 de la calle de Isaac Peral es todo lo contrario. Quedará demostrado a partir del próximo 1 de octubre, fecha prevista para la inauguración de las dos salas, que se ha hecho coincidir con lo que será la primera edición del Barcelona Gallery Weekend, un largo fin de semana de actividades culturales en el que participan hasta 20 galerías. El dúo Nogueras-Blanchard, por ejemplo, expondrá esos días obra del serbio Mladen Stilinovic, un artista ya consolidado, un privilegio que le permite formular controvertidas teorías, como que el buen arte solo surge si hay vagancia de por medio.

La consolidación de L'Hospitalet como una suerte de Brooklyn cultural alternativo, en resumen, está aún por ver. Pero de momento, las dos nuevas galerías están a dos pasos de la Tecla Sala y a uno de la sede del colectivo Salamina, un espacio de creación para artistas que ha echado sólidas raíces en la ciudad. Con tres patas una mesa ya es estable.