RUSIA / VUELTA AL MUNDO SIN SALIR DE LA CIUDAD

Un día ruso en Barcelona

No hay que ir lejos para descubrir otros países. La multiculturalidad de Barcelona permite, a través de rutas, disfrutar de un día en el extranjero sin cruzar fronteras ni coger aviones

Juguetes y detalles rusos, en Fantastik.

Juguetes y detalles rusos, en Fantastik.

MARINA MUÑOZ BENITO
BARCELONA

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Frío, vodka y caviar. Estos tres elementos son los que cualquiera, sin conocer la cultura ni haber estado en el país, puede relacionar con Rusia. Barcelona, aunque no comparte con ella el termómetro, posibilita a través de diferentes establecimientos vivir un pequeño gran día ruso con el que conocer la riqueza cultural y gastronómica del país más extenso del mundo.

Troika Delicatessen (Unió, 5) ofrece a los rusos residentes en Barcelona, y a todos aquellos que se atrevan a ampliar horizontes gastronómicos, una amplia variedad de productos. El local, recientemente reformado, cuenta con pescados ahumados, marinados y secos, que hacen las delicias de los rusos;pelmenis, pasta rellena (estilo ravioli); ysmetana, nata agria. También dispone dekéfir(yogur ruso) y mantequilla de chocolate, con mucho éxito entre el público infantil.

Troika es, además, un punto de encuentro entre la comunidad rusa. «Es como un rincón de Rusia donde las personas pueden hablar su idioma y adquirir prensa y literatura en ruso», explica Anastasia Pletnikova, directora del local. En el número 125 de paseo de Sant Joan está Tirimok, otro supermercado ruso. Ambos disponen de una gran selección de vodkas, tradicionalmente servido muy frío y solo, su cerveza más famosa, la Báltika, y caviar.

Degustar la gastronomía rusa a mesa puesta es un poco más difícil. Y es que los rusos afincados en la capital catalana prefieren cocinar en casa a comer fuera, por lo que escasean los restaurantes de esta especialidad. No obstante, conseguirlo no es misión imposible. En la Cervecería Inter Tapa (avenida de Gaudí, 11) preparan un menú degustación ruso para grupos.

Los dueños del Yalta Crimea (Salamanca, 3), especializado en cocina española y rusa, proponen, como entrante, la sopaborch, un caldo de verduras con remolacha. De segundo,golubtsi (picadillo con arroz envuelto en hojas de col) o el pollostrogonoff. Otra opción es El Filete Ruso (Enric Granados, 95).

Su cultura también se ha echo un hueco en la ciudad. La librería Dismar (ronda de Sant Pau, 28) dispone de novelas y cuentos infantiles en ruso, además de libros técnicos editados en Rusia. «Tuvieron matemáticos y físicos importantes», recuerda Teresa Segura, la propietaria. Si el interés es mayor, se puede acudir al Centro de Lengua y Cultura Rusa A.Pushkin (Ausiàs March, 3), que ofrece cursos de ruso y dispone de biblioteca.

En Fantastik (Joaquín Costa, 62), tienda de objetosvintagede todo el mundo, el cliente podrá adquirir un dominó ruso de los años 80, las famosasmatrioskas(muñecas de madera, una dentro de otra, que representan a la familia) y láminas de propaganda política del régimen soviético.