ENIGMA ARQUEOLÓGICO

Descubiertos unos 100 esqueletos de hace más de un siglo en el subsuelo de la calle Aribau

osario

osario / DANNY CAMINAL

CRISTINA SAVALL / BARCELONA

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El Servicio de Arqueología de Barcelona intenta dar respuestas al enigma del descubrimiento de huesos grandes y de calaveras de unos cien individuos encontrados en el subsuelo del párking del edificio David, en la calle Aribau, entre Travessera de Gràcia y Diagonal, con motivo de unas obras de ampliación del supermercado Mercadona de esa misma calle. Se trata de un gran osario que fue enterrado en una fosa cuadrangular procedente de un desaparecido cementerio cercano, pero aún se desconoce su origen. La fosa tiene más de un siglo de antigüedad, por lo que es anterior a la construcción del gigantesco inmueble de la empresa David, que gestiona en ese enclave una extensión de 40.000 metros cuadrados.

El hallazgo se produjo el martes de la semana pasada cuando operarios de la empresa Styl Area Construccions escarbaban el suelo y empezaron a salir restos humanos sepultados, por lo que tuvo que personarse un juez de guardia y un médico forense. Las primeras pruebas indican que los esqueletos son anteriores a la guerra civil y que no presentan signos de violencia. "Como mínimo tienen cien años de antiguedad y seguramente algunos más, pero no lo sabremos con exactitud hasta que conozcamos los resultados de la datación realizada con carbono 14", informa Josep Pujades, responsable de intervenciones arqueológicas, que dependen del Institut de Cultura de Barcelona.

TODAVÍA QUEDA TERRENO POR EXPLORAR

Todavía se desconoce el número exacto de cuerpos, pero la montaña de huesos encontrada apunta a un centenar, y aún queda terreno por explorar. "El procedimiento es exhumar, limpiar, ordenar los huesos, en su mayoría restos de calaveras, fémures, tibias y húmeros, y contar todos los fémures de la pierna derecha para saber el número mínimo de individuos que se encuentran en el osario", explica Pujades, que asegura que no se trata de una fosa común, sino de huesos de mujeres y hombres, y de niños y ancianos, trasladados desde una necrópolis cercana.

En un principio se pensó que podían provenir del antiguo convento del Buen Pastor, pero esta hipótesis ha quedado descartada. "Estuvo pocos años, desde 1886 hasta la guerra civil, cuando las hermanas de la orden de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor fueron desalojadas de allí. No cuadra la cantidad de restos encontrados con el camposanto que podía tener ese convento", precisa el responsable de intervenciones arqueológicas, que también descarta que se trate de profanaciones de tumbas que tuvieron lugar en la Semana Trágica, entre el 26 de julio y el 2 de agosto de 1909. "Son demasiados cuerpos", insiste Pujades. También se analizará si esas personas fallecieron mayoritariamente a consecuencia de una epidemia como el tifus, que en el año 1914 provocó la muerte de 2.300 barceloneses. El origen de la epidemia estaba en el canal de Montcada, contaminado por aguas fecales del Eixample.

El servicio de arqueología ha iniciado una búsqueda documental para saber dónde se ubicaban los entierros primarios tras realizar el trabajo de campo, ya que este martes por la tarde los técnicos del área de antropología se llevaron todos los huesos al laboratorio. Solo quedaban unos pocos, los más difíciles de sustraer. "Es un lugar donde no estaba previsto encontrar nada", concluye Pujades.