MOVILIZACIÓN POPULAR EN LA CAPITAL CATALANA

El descontento barcelonés toma la Rambla

HELENA LÓPEZ / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Unas 2.000 personas se han dado cita este sábado en el paseo por la Rambla organizado por distintas entidades para realizar una 'ocupación' popular de la arteria barcelonesa. El mensaje que quieren hacer llegar al mundo -no hay mejor altavoz internacional en la ciudad que el escenario favorito de Ocaña- queda resumido en el eslogan de la convocatoria: "Barcelona no está en venta". Entre los asistentes, activistas de la PAH, de los Yayoflautas, jóvenes de asambleas de barrio y muchas familias, que corean consignas como "el único terrorista, Idealista" y "tengo un alquiler basura, que es lo que se lleva ahora". 

La convocatoria, impulsada por la FAVB -o, lo que es lo mismo, el movimiento vecinal clásico-, cuenta con el apoyo de las nuevas formas de activismo vecinal. Más de 30 entidades, del colectivo Desllogades o el Grup Promotor del Sindicat de Llogateres i Llogaters -plataformas hijas de la nueva burbuja inmobiliaria- a la Assemblea de Barris per un Turisme Sostenible (ABTS) o la Plataforma d'Artistes del Carrer y los yayoflautas. No se recuerda en la Barcelona pos-15M ninguna protesta popular eso, tan popular, con convocantes que van más allá de los directamente afectados por la masificación turística. "Afectados somos todos", insisten. 

Y es que, bajando al detalle, la acción denuncia la subida de los precios de la vivienda, la precariedad laboral, el "descontrol" de la gestión turística, la "mercantilización" del espacio público y la desigualdad en general, y se fija un objetivo que se dice rápido: "Recuperar la ciudad para el vecindario". Ahí es nada. La simbólica acción se celebra el día después de la aprobación del PEUAT, de complicada gestión.

REPASO GENERAL

El manifiesto que convoca el acto repasa todos los males -a sus ojos males- de la ciudad. Piden un espacio público "para vivir y no para hacer negocio". Además de todo lo citado, piden, por ejemplo, parar la destrucción del comercio de proximidad y su sustitución por tiendas de recuerdos y grandes cadenas de moda y de alimentación. "Hay que parar la destrucción del medioambiente por la contaminación que generan los vehículos privados y los cruceros y promover el transporte público y no contaminante y los medios alternativos como la bicicleta", reivindican también.

En el encuentro se han dado cita una suma de luchas concretas a la postre con un objetivo final compartido. Estará presente la Barceloneta Diu Prou -que pese a llevar dos veranos poco activa sigue organizada-, o la Plataforma el Borsí per al Barri, que sigue reivindicando el viejo edificio para los vecinos, codo con codo con la PAH o 500x20, que incidirán más en la vivienda.

"¡NO NOS ECHARÁN!"

Pese a que la de este sábado es la más unitaria, el movimiento vecinal de la ciudad, sobre todo en los barrios más afectados, lleva meses -ya años- centrado en este asunto. La ABTS se creó con este objetivo. En los últimos tiempos han organizado desde acciones concretas contra establecimientos específicos -del Raval, en el famoso solar de Drassanes, al Poblenou, barrio que vive una eclosión turística- hasta un (simbólico) boicot a los buses turísticos de forma simultánea en varias paradas de la ciudad estratégicamente elegidas o la 'ocupación' simbólica de albergues y hoteles lujo (el rechazo generado no va ligado a la categoría del alojamiento) bajo la consigna '¡No nos echarán!', leit motiv que liga los dos grandes temas calientes también en la agenda del gobierno de Colau: el turismo y el (difícil) acceso a la vivienda.