Las denuncias por odio y discriminación suben un 38% en Barcelona

Las denuncias relacionadas con delitos de odio y discriminación experimentaron un incremento del 37,97% el 2016 en Barcelona en relación con el año anterior, según ha arrojado el 'Balance de la seguridad y actividad policial' que este miércoles han presentado los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana. De los 109 casos registrados el año pasado, más de una tercera parte (37) tuvieron su origen en una motivación xenófoba y otros 30 estaban relacionados con cuestiones homófobas. A pesar de esas cifras, la mayoría de los hechos delictivos registraron un descenso el año pasado en la capital catalana, a excepción de los hurtos, que encadenan tres años al alza y que han provocado que el balance global tenga un ligero incremento.

El jefe de los Mossos d'Esquadra en la región metropolitana de Barcelona, Joan Carles Molinero, ha alertado de que buena parte de estas agresiones racistas y homófobas se producen "al amparo del anonimato de internet y las redes sociales", aunque va aumentando la concienciación de la sociedad para denunciar conductas de este tipo.

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En este sentido, ha subrayado la incidencia que tienen campañas informativas como la de 'T'escoltem', impulsada por la policía catalana en centros educativos para que los jóvenes asimilen la importancia de hacer público el daño encajado.

TOCAMIENTOS

Otro de los aspectos preocupantes que presenta el balance de seguridad tiene quer ver con las agresiones y abusos sexuales, que aumentaron un 31% respecto al año anterior, con especial incidencia en situaciones de ocio nocturno, en tanto que más de la mitad se produjeron durante la madrugada del fin de semana, sobre todo en época estival.  

Molinero, ha destacado que parte de este notable aumento de casos debe circunscribirse al degoteo de denuncias que se han producido por el 'caso Maristas', destapado por este diario, así como ante la mayor concienciación de la población, que ha derivado en una subida de las denuncias por casos de tocamientos en los transportes públicos, aprovechando las aglomeraciones.

Todos los agresores fueron hombres y cuatro de cada diez se encontraban en una franja entre 24 y 34 años. La mayoría (32%) son de nacionalidad española. En el 93% de los casos las víctimas eran mujeres, de nacionalidad española  (56%), seguidas por marroquís, británicas y ecuatorianas. Casi en una de cada cinco agresiones (19%) la víctima era menor de edad, y en un 18% tenían menos de 16 años, según el balance.

NUEVO HÁBITAT

En general, los hechos delictivos experimentan un aumento del 0,99% el año pasado en la capital catalana, en buena medida a causa de la evolución de los hurtos, que aumentan por tercer año consecutivo, situándose un 4,8% por encima del registro del 2015 (pasaron de 97.908 a 102.666). Molinero ha destacado, en presencia del comisionado de seguridad del ayuntamiento, Amadeu Recasens, y del director de los Mossos, Albert Batlle, la eficacia del plan estratégico en los transportes, sobre todo el metro, que se ha saldado con 1.188 hurtos menos.

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Sin embargo, la presión policial y las órdenes de alejamiento judiciales en el suburbano han desplazado a los ladrones habituales a la superficie, donde actúan en comercios, aplicando un modus operandi similar al del metro, "esperando el descuido de sus pertenencias", esta vez mientras miran escaparates o se prueban prendas, sobre todo en zapaterías, marroquinerías y tiendas de moda femenina.

En el resto de ámbitos se produce un descenso generalizado, según los datos policiales, que hablan de una caída del 17,33% de los robos con fuerza en domicilios (de 6.630 a 5.481), y del 7% en robos en establecimientos comerciales (de 2.789 a 2.594), así como una bajada del 6,21% en cuanto a los robos violentos en espacios públicos (de los 6.085 registrados el 2015 a los 5.707 del año pasado).

En el ámbito domiciliario, destaca el aumento de la presión policial ante la ola de robos que se registró el año precedente y que permite que el 68,13% de las detenciones sean in fraganti. También han caído los robos violentos en hogares: de los 112 del 2015 a 100 un año después.

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