SINGULAR EXPERIENCIA HISTÓRICA Y CULINARIA EN BARCELONA

Degustación faraónica

El Museu Egipci ofrece visitas con catas de gastronomía del tiempo de las pirámides

MARINA MUÑOZ BENITO
BARCELONA

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¿Sabía el lector que la cerveza salvó a la humanidad?, ¿qué los antiguos egipcios tenían más de 50 tipos de panes, cada uno para un uso concreto?, y que, sin pretender molestar a los valencianos, ¿los antiguos habitantes de las tierras del Nilo ya fabricaban horchata? Todas estas y muchas más anécdotas son descubiertas cada viernes por la noche enEl banquet etern, actividad que organiza el Museu Egipci de Barcelona en torno a la cocina y la nutrición del antiguo Egipto. Incluye una visita guiada al museo y una degustación de platos de la época faraónica en su terraza.

Esta entretenida y original propuesta, que se celebra cada año entre mayo y octubre, muestra a los visitantes los secretos gastronómicos y la alimentación de los antiguos egipcios, descubierta gracias a representaciones gráficas en las tumbas y restos arqueológicos.«Cuando los visitantes están en su casa y ven como propio un plato o receta, que sepan que los antiguos egipcios ya lo hacían», dice Núria Castro, egiptóloga experta en vida cotidiana y encargada de hacer y amenizar la visita.

El pato y la oca

A través del material hallado, se ha conocido, por ejemplo, su gusto por las aves. En especial, como indica Castro, por«el pato y la oca, considerados lo mejor de lo mejor». El confit y elfoieya eran manjares por aquel entonces. Otros, como el gallo y la gallina, provenientes de Asia, eran considerados animales exóticos y ornamentales. Los productos del mar, en cambio, eran tabú.

Su idea de vida eterna, en la que el hombre vivía en el más allá después de la muerte, la dejaban reflejada en casi todas sus pertenencias y espacios y así se puede ver hoy en día en las diferentes piezas del museo.«No por estar obsesionados con la muerte, sino por estar obsesionados con la vida», aclara Castro. Un ejemplo son las vajillas, de las que tenían dos tipos (cerámica, para los platos calientes; piedra, para los fríos) y a las que conferían especial relevancia.«Como pensaban que vivían toda la eternidad, la vajilla de piedra, que era la más valorada, tenía que durar toda la vida», apunta Castro.

Durante el recorrido por el centro, los asistentes también pueden descubrir detalles del día a día y las características del antiguo pueblo egipcio, en el que, sorprendentemente, imperaban valores de igualdad.«Daba igual que se tratara de enanos, jorobados o lo que fueran, si eran inteligentes, podían subir a la cima de la sociedad, en la que los mejores siempre prosperaban», explica Castro. Otras cosas, como la idea de trabajar, no han cambiado en miles de años. Estos antepasados inventaron losuixebtis, pequeñas y simpáticas figuras que significanel que responde, para ir a trabajar por ellos en la vida eterna.

Siempre cerveza

El humus (puré de garbanzos), las chufas, elmagretde pato sobre lecho de lechuga (esta con efectos afrodisíacos por su salvia, según los egipcios) y los dátiles son solo algunas propuestas que los visitantes pueden saborear en la cata faraónica, la segunda parte de la actividad. Esta incluye, en tamaño degustación, un entrante, un primer y segundo platos y un postre. Todo acompañado de las bebidas estrella de los antiguos egipcios: la cerveza, de la que tenían más de 17 clases, incluida una para niños, y el vino fermentado con pasta de dátiles, que potenciaba el dulzor y aumentaba mucho el grado etílico.

La diversión está asegurada.«La visita está muy bien y casi todo lo que han explicado lo hemos podido probar», decía Carme Anastasi, fanática del viejo Egipto.«Pensaba probar cosas más raras», reconocía su marido, Jaume Arnau.