Dave Darsh: "Barcelona puede convertirse en el hub europeo de las empresas globales y de alto crecimiento"

El Periódico realiza, en colaboración con Barcelona Global, una serie de entrevistas a profesionales internacionales que han escogido vivir y trabajar en Barcelona. Se trata de personas nacidas y formadas en el extranjero que por su experiencia, formación, capacidad emprendedora y creatividad aportan valor añadido a la economía global y pueden ofrecernos otra visión de la ciudad.

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L. D. / BARCELONA

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Dave Darsch nació en Boston (Estados Unidos) hace 59 años, está casado con Lisa y tienen tres hijos y un nieto. Al terminar la universidad, se mudó a Virginia y vivió en las afueras de Washington DC durante casi 20 años, antes de trasladarse a Barcelona en 1998.

En Barcelona, Dave entró a formar parte de la Junta Directiva de la Benjamin Franklin International School (BFIS), de la que más adelante fue su presidente. Dave ha fundado una empresa con el objetivo de convertir Barcelona en una ciudad global, con dos proyectos: el CEO Collaborative Forum (CEO-CF) y el foro anual This Way Up (TWU). Él y su mujer dividen su tiempo entre Barcelona, Estados Unidos y viajes por todo el mundo.

¿Por qué decidió venir a Barcelona? Queríamos que nuestra familia experimentara la diversidad y disfrutara de la belleza del sur de Europa. Al principio decidimos ir a vivir a Aix-en-Provence, en el sur de Francia. Un día mi hijo nos dijo: “Si vamos a vivir en Europa, ¿por qué no vamos a España? La mayoría de mis amigos que no hablan inglés sí que hablan español”. Así que decidimos bajar de la costa francesa a la española.

¿Qué es lo mejor de la ciudad? Barcelona tiene un encanto especial y enseguida nos atrapó por completo. La calidad de la educación de los hijos, la calidad de las universidades y ese esfuerzo constante e imparable para cultivar y producir el mejor talento nos impresionó desde el principio. Barcelona es el hogar perfecto para nosotros. Viajamos a menudo a Asia y América, y cuando llegamos al aeropuerto de El Prat ya nos sentimos como en casa.

¿Qué es lo que debe mejorar? En Barcelona es bastante difícil crear un nuevo negocio y los costes de hacerlo son considerables. Además, los requisitos técnicos y los gastos sociales restan competitividad a los emprendedores de aquí frente a su competencia en otros países, donde estos gastos son menores. Hay que tener en cuenta que competimos en un mercado global.

¿Qué impacto cree que ha tenido en la ciudad? La iniciativa This Way Up (un encuentro en el que los CEOs pueden establecer y ampliar su red de contactos y hacer negocios y que este año se ha celebrado en Sant Cugat) y el CEO-Collaborative Forum (considerada la plataforma colaborativa de CEO más importante de Europa, con directivos de las principales empresas de más de 30 países) atraen cada año a emprendedores con mucho potencial a Barcelona y sus alrededores. Que estos directivos se encuentren con un entorno business friendly, sumado a la belleza de la ciudad, provoca que en muchas ocasiones las empresas abran oficinas aquí.

¿De qué manera su sector profesional puede ayudar a mejorar la ciudad? Barcelona podría convertirse en el lugar donde emprendedores con ambición persiguieran sus metas profesionales. Es una idea que se complementa con el papel que ejercen otras importantes ciudades europeas: por ejemplo, se considera que Londres es el hub financiero de Europa, pero Europa necesita también un hub que acoja todas aquellas empresas que han nacido de un modo global y aquellas empresas de alto crecimiento. Barcelona tiene las características perfectas para convertirse en ese hub.

Ha convencido a muchos de sus amigos para que se mudaran a Barcelona. ¿Por qué? A lo largo de los años hemos invitado a decenas de familias y algunas se han quedado a vivir en Barcelona. Cuando llegamos a nuestro barrio nos llamaban “los americanos” o “los extranjeros”, éramos los únicos extranjeros del vecindario. Ahora, la zona donde vivimos acoge a muchos extranjeros: en la calle es tan normal oír hablar español, catalán, inglés de Estados Unidos, del Reino Unido o de Australia, como oír alguna otra lengua europea. Sin embargo, la mayoría del tiempo quedamos con gente de aquí y hacemos cosas con ellos. No nos vinimos a España para relacionarnos solo con expatriados, sino para empaparnos de todo lo que hace que Barcelona sea tan especial… y eso es su gente.