Cuatro puntos de vista sobre la Rambla de Catalunya

Vecinos de la calle explican sus opiniones sobre la deriva que está tomando este eje viario

C. C. / BARCELONA

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IGNACIO VIDAL-FOLCH / ESCRITOR

«Forma parte ya del ‘carril guiri’»

«Esta calle es la mejor de Barcelona, especialmente en los días en que ha llovido un poco y los tilos que le dan sombra difunden su aroma. Ahora bien, un barcelonés debe abstenerse de pasear por la Rambla de Catalunya, pues forma parte del carril guiri que se prolonga por las Ramblas y, por consiguiente, rebosa de tipos acomodados, vestidos con grotesca desenvoltura, cuyos rostros exhiben la satisfacción beata del tonto en vacaciones. Por si fuera esto poco, también se ha detectado un alarmante número de músicos callejeros tocando 'Guantanamera' y 'El cóndor pasa'».

XAVIER MONTEYS / CATEDRÁTICO DE ARQUITECTURA DE LA UPC

«Deberían ocupar los aparcamientos»

«En esta ciudad se amplían las aceras con la promesa de dar así más espacio a los viandantes y terminan convirtiéndose en espacios ocupados por terrazas, que además están casi blindadas, cuando deberían ser abiertas. Son prácticamente edificios precarios en mitad de la acera, cuando lo mejor sería que fueran como los veladores de París, mesitas pequeñas y redondas, pegadas a la fachada del edificio, bajo el toldo del local. Si no puede ser, como es el caso, deberían ocupar el espacio de las plazas de aparcamiento, así estarían fuera de las aceras y el paseo peatonal».

PATRÍCIA DE MUGA / GALERISTA DE ARTE

«Se ha de cuidar este espacio central»

«El cambio del tejido comercial está afectando a la configuración de calles como la Rambla de Catalunya. Las tiendas de barrio, salas de cine y teatro y espacios culturales como la Galería Joan Prats están dando paso a un tipo de negocio globalizado y uniformizador. La esperanza es que la Rambla, por su singularidad, dimensión, tal vez por su situación a la sombra del paseo de Gràcia, continúe, si cuidamos este espacio público central, manteniendo algo de su esencia que amamos los barceloneses».

JOSEP COTS / LIBRERO Y ALMA DE LA LIBRERÍA DOCUMENTA

«Es un paso más de la banalización»

A la Rambla de Catalunya le ha llegado el turno en el proceso de transformación que comenzó en esta ciudad hace 10 o 15 años, que se caracteriza por la banalización del espacio público. Lo que primero pasó en la Rambla, de sobras conocido por todos, ha comenzado a subir ahora a la Rambla de Catalunya. Esta era una calle alternativa al paseo de Gràcia, de precios más asequibles, pero por la presión de las grandes marcas eso está cambiando. Incluso la reciente reforma de la Diagonal solo se entiende como un capítulo más de ese proceso de banalización urbana».