Cuando la ciudad era canalla

Colita, que el pasado noviembre renunció al premio Nacional de Fotografía en rechazo por la política emprendida del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, es una de las artistas con mayor presencia en la etapa que el libro Barcelona dedica a los años 60 y 70. «Era una ciudad sexi. Ahora es puro escaparate. Muy superficial. Espero que esta publicación sirva para recuperar el espíritu canalla», expresa la fotógrafa, a quien La Pedrera le dedicó una antología el año pasado.

En marzo, será Leopoldo Pomés quien muestre su obra en el emblemático edificio de Gaudí. Suya es la portada del libro editado por Ricardo Feriche. «Han seleccionado fotos del trabajo que realicé en 1957 por encargo de Carlos Barral, a quien le entusiasmó, pero no a su socio, Víctor Seix, que dijo que eran imágenes decadentes, nada comerciales, y que faltaban jardines», recuerda Pomés, que no las vio editadas hasta 50 años después, también por La Fábrica, a raíz de una retrospectiva que le dedicó Foto Colectania.

El fotógrafo anduvo y desanduvo la Rambla con su cámara. La foto de la portada la captó en esa avenida que, según él, radiaba una personalidad que se ha perdido. «Ya no sé dónde poner la cámara. Ahora está llena de motos, de turistas y de tiendas espantosas de suvenires por todas partes», dice.

De Joan Tomàs destaca una escena en la que un matrimonio mayor guarda distancias ante un indigente que les pide fuego. «Tenía 21 años cuando la hice. Es inédita, nunca se había publicado. Y esto es justo lo que valoro de la selección que ha hecho Feriche: saca a la luz muchas fotografías desconocidas». Tomàs también critica la Barcelona actual. «Era mucho más fotogénica antes. La invasión turística la desenfoca mucho».

César Lucadamo ha dedicado cuatro años a retratar la metamorfosis de la Barceloneta y la vida multiétnica que habita en sus playas. «Muy orgulloso de que mi obra aparezca en este libro tan alejado de los tópicos», manifiesta.