ENTREVISTA

Joan Domènech: «Como la educación es área de pelea ideológica, lo quieren controlar todo»

Director de la escuela pública Fructuós Gelabert, del Eixample.

Presidió la Federació de Moviments de Renovació Pedagògica durante siete años.

Autor de 'Elogio de la educación lenta' (Editorial Grao).

«Como la escuela es área de pelea ideológica, lo quieren controlar todo»_MEDIA_1

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NÚRIA NAVARRO / BARCELONA

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Es un referente pedagógico de la ciudad, aunque él se prefiere «aprendiz de maestro». Joan Domènech lleva 40 años pisando aulas y un puñado de cursos sudando la camiseta amarilla, porque los recortes han afectado con más saña a las escuelas en situaciones de riesgo y a las que, como la suya, la Fructuós Gelabert, intentan hacer planteamientos distintos.

-Estos días oirá decir a los candidatos que la educación es puntal.

-Me temo que muchos de los que lo dirán no se lo creen. En los últimos tiempos se ha relativizado mucho la posibilidad que tiene la escuela de incidir en la sociedad.

-¿Alguno se lleva peor nota?

-No simpatizo con los que optan por defender el mercado como modelo de regulación de la oferta y la demanda. Porque profundiza la desigualdad de origen y hace que se enquiste en la escuela, que debe ser un espacio de tolerancia, libertad y pluralismo.

-Y teme su favor a la concertada.

 

-Es una tendencia. Un ejemplo: se ha anunciado a bombo y platillo el programa Horitzó 2020 de los jesuitas, en el que proclaman que eliminan las asignaturas. ¡En Barcelona hay escuelas públicas que llevan 10 años haciendo eso! El mismo día en que lo anunciaron, el Consorci d'Educació y Ensenyament tenían que haber salido a defender que en Barcelona ya había escuelas con propuestas similiares. Nos han tolerado, pero nadie nos ha respaldado. A lo mejor ni lo saben.

-Dos cabezas de lista y seis concejales de los partidos en liza estudiaron en los jesuitas de Sarrià.

 

-El Evangelio -y no soy creyente- dice: «Por sus actos los conoceréis». El discurso ideológico puede ser distinto pero a la hora de la verdad las diferencias se difuminan, y en parte es porque casi todos proceden de un contexto familiar parecido.

-En todo caso, ¿qué le falta a la escuela de aquí para ser la de Helsinki?

-¡Eso daría para una tesis doctoral! Tenemos la tradición y las potencialidades, pero no las empleamos porque hay una concepción decimonónica de la Administración. Como la educación es un área de pelea ideológica, lo quieren controlar todo. Te dicen qué debemos hacer los maestros, qué contenidos, qué horarios, qué currículo, hasta las canciones que tienen que cantar los niños. ¿Qué se desprende de eso?

-¿Qué se desprende?

-Una escuela dependiente, y por tanto, la desprofesionalización de los maestros y, en última instancia, el fracaso escolar.

-Haga un repaso de la tradición que no se aprovecha.

-En 1908, el alcalde de Barcelona Albert Bastardes aprobó el presupuesto de cultura para construir las primeras escuelas públicas, laicas y coeducativas. Barcelona también estuvo en el origen de los movimientos de renovación pedagógica, de las escuelas de verano de la República, fue la primera sede de la Asociación de Ciudades Educadoras. ¿Por qué no se ha explotado ese legado? ¿Por qué tenemos un Consorci d'Educació que es una oficina descentralizada del Departament de Ensenyament?

-Conteste usted.

-Yo reclamo una Administración kilómetro cero. Las escuelas deben estar bajo control municipal. Debe haber un único organismo, el Consorci d'Educació, que regule el espacio educativo de la ciudad.

-Siga dictando deberes.

-Esa Administración debería de poner las condiciones para que la comunidad educativa hiciera el cambio. Los profesionales de la enseñanza deben tener la autonomía y el reconocimiento para poder decidir. Con la aparición de internet, se han roto los conceptos de espacio y tiempo educativos, y una situación diferente requiere una respuesta diferente. Hay que refundar la escuela pública.

-¿Algún alcaldable con voluntad refundadora en el horizonte?

-El movimiento se demuestra andando. Entre el 2004 y el 2008, cuando el tripartito creó más de 300 escuelas sin historia previa y entraron 2.000 maestros, tuvieron la oportunidad de sentar las bases de un sistema educativo diferente. Y se perdió la oportunidad. Las escuelas públicas que empezamos en aquella época e intentamos hacer las cosas de manera diferente porque nos lo impusimos.

-Otras públicas han acabado limitándose a dar asistencia.

-Ahí influye mucho la ideología. La guetización no es solo un problema de escuelas concretas, sino también de los procesos de control de la matrícula. Puedes favorecer unos criterios de distribución de alumnos que repartan los problemas. El mandato es educar a todos, sin discriminación, y los recortes complican el soporte a la población escolar con problemas de aprendizaje o socioeconómicos, que en algunos centros de la ciudad asciende a un 60%.

-Y está Wert y la LOMCE. En una Catalunya independiente se lo ahorrarían.

-Podría salir uno de aquí. Yo soy partidario de la independencia, pero quienes la proponen tienen intereses diferentes respecto a la escuela.

-Total: ¿sabe a quién votar?

-He sido un votante fiel durante mucho tiempo, pero en estos momentos tengo mis dudas.

-Ada Colau lleva a su hijo a su centro. ¿Un punto a su favor?

-Como madre de alumno tengo una relación fantástica. Y siento respeto por los nuevos fenómenos políticos, porque plantean una nueva relación entre los ciudadanos y la Administración. Pero también vienen los hijos de un secretario general de Benestar Social, y la relación es igualmente excelente, ¿eh?