Expediente a España por la MAT de Santa Coloma

La Comisión Europea dio a conocer ayer la apertura de un expediente contra el Gobierno de España por no haber evaluado el impacto medioambiental de la línea de muy alta tensión (MAT) que Red Eléctrica Española tiene previsto construir entre Sentmenat y Santa Coloma de Gramenet. Fue en este segundo municipio y en junio del 2012 donde se puso en marcha una campaña de oposición a este proyecto, pues implicaba que en algunos puntos la línea eléctrica pasara a menos de 100 metros del casco urbano, es decir, muy poca distancia si se compara con los criterios que para este tipo de instalaciones se exigen en otros países de Europa. En Alemania, por ejemplo, deben ser 400 metro como mínimo.

«El proyecto de línea eléctrica atraviesa una de las zonas más densamente pobladas de España y puede tener un impacto considerable en el medio ambiente, por lo que la Comisión pide a España que establezca la necesidad de una evaluación medioambiental». Así se expresaba ayer la Comisión Europea a través de un comunicado. En realidad, esta es la segunda advertencia comunitaria a España por esta cuestión. Si el Gobierno desoye este nuevo aviso, el caso puede terminar muy pronto en el Tribunal de Justicia de la UE.

La alcaldesa de Santa Coloma, Núria Parlon, felicitó ayer a la batería de plataformas vecinales y asociaciones que desde el 2012 se han movilizado contra este tramo de la MAT. Ella misma, de hecho, ha participado activamente en la campaña. Mantuvo en su día reuniones con responsables de Red Eléctrica Española y ha viajado varias veces al Parlamento Europeo para exponer sus argumentos a los eurodiputados y al comisario de Medio Ambiente. También ha solicitado al menos en dos ocasiones una entrevista al presidente Mariano Rajoy para exponerle los perjuicios que puede causar la MAT, pero esas solicitudes jamás han sido atendidas.

La decisión de la Comisión Europea fue celebrada ayer en Santa Coloma como una cierta victoria de David contra Goliat, pero también supone un cierto varapalo para el Tribunal Supremo, que en su día desestimó la paralización.

La línea fue planificada en 1970, pero desde entonces los planos habían dormido en un cajón. Al repescarlos, la línea chocó con la nueva realidad urbanística.