Comerciantes y vecinos de Sant Pere rechazan la sala de venopunción que abrirá el lunes
Ni gusta la decisión ni, sobre todo, las formas. El barrio de Sant Pere, Santa Caterina y la Ribera estrenará el lunes una sala de venopunción en el Rec Comtal, de cuya apertura los vecinos y comerciantes han sido informados hace solo unos días. En general, ambos colectivos temen que la medida sanitaria degrade un barrio que estuvo muy deprimido y ha empezado a levantar cabeza comercialmente, pese al problema pendiente de los menores que esnifan cola en la vía pública.
De la mal llamada narcosala del Rec Comtal se habla desde el 2009. En el 2010 se decidió multiplicar estos equipamientos y desconcentrarlos. En el caso de Rec Comtal, el exalcalde Xavier Trias frenó los planes de abrir este espacio de venopunción (como el de Baluard), pero con el gobierno de Ada Colau la idea volvió a los despachos y se implanta mañana mismo.
El mismo recinto, junto al CAP del Casc Antic, ya ofrecía una unidad de drogodependencias (reducción de daños sin venopunción), mientras que ahora se ha ampliado y pasa a ser de venopunción. Esta nueva dimensión es la que ha generado el malestar vecinal, al considerar que atraerá a muchos más toxicómanos. La atención que precisan estos enfermos es indiscutible, mantienen, pero aseguran que se acompañará de la llegada de traficantes dispuestos a sacar partido de la situación y de la afluencia de drogadictos. Con esa teoría, preparan movilizaciones en los próximos días.
PREOCUPACIÓN
El barrio arrastra aún el recuerdo de años complicados en que 575 toxicómanos acudían a una anterior instalación que generó muchas protestas vecinales. La presidenta de la Coordinadora de Veïns del Casc Antic, Carmen Hidalgo, tiene muy presente la época en que había continuas muertes por sobredosis en sus calles o cuando los afectados pedían su orina a los vecinos para pasar el análisis que les exigían en el centro asistencial. "Venían a por metadona, pero luego se trapicheada mucho", rememora. Por eso frenaron el intento de nueva narcosala en el 2010. Algunos activistas del barrio, no obstante, defienden la instalación, que se situará justo enfrente del polémico hotel de Núñez y Navarro.
Óscar Aybar, presidente de la asociación de comerciantes de Sant Pere més Baix, comparte la opinión de Hidalgo y hace hincapié en que el barrio aún tiene pendiente resolver el problema de las decenas de menores que se concentran en sus plazas para esnifar pegamento y suelen ser violentos, como informó este diario. Destaca que, con la peatonalización y la llegada de nuevos comercios, Sant Pere més Baix ha resucitado comercialmente (no así Sant Pere Mitjà). También el PP municipal apela en un comunicado al esfuerzo que han hecho los comercios del entorno y pronostica una disminución de la facturación y problemas de inseguridad en la zona tras "el anuncio unilateral del ayuntamiento" de ampliar este espacio.
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