Entrevista

"BCN se involucra en los retos sociales"

EL PERIÓDICO realiza, en colaboración con Barcelona Global, una serie de entrevistas a profesionales internacionales que han escogido vivir y trabajar en Barcelona. Se trata de personas nacidas y formadas en el extranjero que por su experiencia, formación, capacidad emprendedora y creatividad aportan valor añadido a la economía global y pueden ofrecernos otra visión de la ciudad.

Colin McElwee, cofundador de Worldreader, considera que la ciudad pone demasiadas trabas burocráticas a los emprendedores

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Mireia Tudurí / Barcelona

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Colin McElwee nació hace 53 años en Nottingham. Hace 18 años, antes de instalarse definitivamente, estudió en Barcelona un MBA en ESADE y desde entonces tuvo claro que quería vivir en esta ciudad. En el 2010 decidió cofundar Worldreader, una ONG que trabaja para acercar la lectura a todo el mundo entregando las herramientas, el acceso y los libros. Actualmente cuenta con un equipo de alrededor de 80 personas distribuidas entre Barcelona, San Francisco, Londres, Accra, Nairobi y Delhi.

-¿Por qué escogió Barcelona? Para mí, Barcelona no era solo una ciudad bonita, sino que me atrajo por todo lo que tiene que ofrecer y su creciente potencial. Por mi personalidad me gustó que todavía tuviera ciertos aspectos del mundo del negocio por desarrollar; me gustan los retos y sentirme fuera de mi zona de confort, en un sistema diferente.

-¿Qué aspectos de la ciudad destacaría como positivos? Aparte de todo lo que ya conocemos -como el clima o la comida-, lo más positivo es francamente la luz. La luz tiene un gran efecto psicológico en las personas, especialmente en las que llegan de fuera: nos da energía y vitalidad. También me gusta el hecho de que sea una ciudad que siga buscando su lugar en el mundo. De este modo, la innovación surge fácilmente entre el colectivo que quiere cambiar Barcelona y no teme al cambio. En definitiva, Barcelona tiene todos los ingredientes para atraer gente innovadora, tanto local como extranjera. Cuando viajo, la gente me transmite muy buenos comentarios de Barcelona: tiene una marca muy positiva, pero la realidad todavía no cumple con todas las expectativas.

-¿Qué aspectos de la ciudad hay que mejorar? Todavía existe un sector de la población que se siente inseguro respecto al cambio y puede percibir como una amenaza aquello que viene de fuera y rompe sus estandartes; entre ellos, las instituciones. Por ejemplo, a la hora de crear un negocio, la ciudad es muy burocrática, y para una fundación, el esfuerzo se triplica, lo que frena la innovación. Es más sencillo crear algo en alguno de los sitios donde operamos que aquí. Conozco emprendedores que quieren quedarse en Barcelona, pero no pueden.

-¿Cuál siente que es tu ciudad? ¿Qué es lo que más echa de menos? Cuando regreso de un viaje de trabajo siento cierto alivio de volver a Barcelona, mi casa. Cuando vuelvo a Inglaterra, me inyecto una dosis de humor británico y paso tiempo con mis amigos, pero ya siento que puedo volver a casa.

-¿Cuáles son las grandes carencias de la ciudad en el emprendimiento social? Las ONG no se perciben muy bien y las fundaciones tienen mala fama; hay poca gente que entienda lo que realmente hace el tercer sector. Nosotros trabajamos en África, pero falta empatía con respecto a sus retos. Es momento de que las instituciones despierten y confronten la realidad más próxima (por ejemplo, los refugiados). La solución es la educación, permitiendo que la gente cree sus propios empleos, construya sus propias vidas,  porque la mayoría no quiere venir a Europa.

-¿Y en qué aspecto destaca positivamente? La diversidad es cada vez mayor y las personas son más conscientes de los retos de aquellos con menos recursos y se involucran. Los jóvenes entienden esta situación y su inglés mejora considerablemente, puesto que tienen seguridad para hablarlo sin miedo a equivocarse, algo necesario al ser el idioma internacional.

-¿Recomendaría a un amigo venir a vivir a Barcelona? ¿Por qué? ¡No hace falta! Cada Navidad tengo una lista de gente que quiere visitarme. Al mismo tiempo, cuando me preguntan sobre el mundo empresarial debo explicar que es un reto, ya que necesitas contactos, tenacidad e instituciones que funcionen para que sean más abiertas a la gente. Soy realista, todavía hay una carencia.