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El psiquiátrico y el fútbol

La Colifata transmitió su primer partido en vivo desde el estadio de San Lorenzo

Alfredo Olivera, impulsor de La Colifata, el pasado viernes, en el convento de San Agustí.

Alfredo Olivera, impulsor de La Colifata, el pasado viernes, en el convento de San Agustí.

MAURICIO BERNAL / BARCELONA

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La profusión de puntos de exclamación en los mensajes que empezaron a aparecer el viernes en el Facebook de La Colifata era de sobra expresiva: algo importante estaba a punto de ocurrir. "Palpitando la previa San Lorenzo-Arsenal!!!!!! Radio La Colifata transmite hoy EN VIVO desde el Nuevo Gasómetro!!!" Era la primera vez que un equipo de la radio de los colifas se desplazaba al estadio de San Lorenzo de Almagro a transmitir un partido en directo, y como todos los hitos de la emisora más querida y quizá más famosa de Argentina era recibido con una emoción sin disimulo.

Habían pasado 25 años desde el día en que el estudiante de psicología Alfredo Olivera se presentó voluntario en el Hospital Municipal José Tiburcio Borda, un psiquiátrico de mala fama en el sur de Buenos Aires, a poner los cimientos de la primera radio del mundo que transmitiría desde un centro para enfermos mentales. Y ahora estaban allí, en el Nuevo Gasómetro, transmitiendo un partido. "Se les escucha con total nitidez. Cristian, fantásticos comentarios, y al relator gracias porque nos hacen sentir que allí estamos. Abrazo fuerte desde Barcelona", puso Olivera en el Facebook. En la lejanía, quería participar del momento.

El joven que a principios de los 90 puso en marcha el ejemplar experimento vive ahora en París, donde trabaja como psicólogo del sector público en la región de Asnières-sur-Seine, y el viernes estaba de paso por Barcelona invitado por el Posgrado de Salud Mental Colectiva de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), compartiendo su experiencia -resumidos, muy resumidos, esos 25 años- con los alumnos. Un poco estaba aquí y un poco allí, la verdad, en Buenos Aires, pendiente de ese momento, el estreno de La Colifata como radio de transmisiones deportivas. "Me llena de entusiasmo", decía, antes de empezar la charla.

CON UNA GRABADORA DE PERIODISTA

Del primer al último hito: Olivera dio la primera forma a su proyecto recabando las opiniones y comentarios de los internos con una grabadora de periodista, y poniéndolas en el aire con la ayuda de una radio comunitaria que generosamente le cedió un espacio. Se llamaba -simple, literalmente- La columna de los internos del Borda, pero una encuesta entre los propios pacientes dio con el nombre por el que se la conoce hoy en todas partes. "Uno de ellos tomó un grabador y fue por el interior del Borda preguntándoles al resto no ya qué nombre le pondrían a esta columna, sino a su radio -contaría Olivera más tarde-. Este interno grabó cerca de 40 posibles nombres, y solo uno aludía a la locura: La Colifata". Colifa, en lunfardo, quiere decir loco.

"La Colifata es el resultado de pensar en los medios de comunicación como una herramienta de intervención al servicio de la salud mental", explicaba el viernes Olivera, convertido en la distancia en responsable de dirección estratégica de la radio. De ese convencimiento, de la voluntad de romper con el aislamiento del paciente y del imperativo de luchar contra el estigma -"colifa", "loco", "lunático"- se alimentó el proyecto radial, convertido en paradigma e inspiración, por ejemplo, para Radio Nikosia, en Barcelona, que Olivera ayudó a montar. La radio ha crecido con los años en cobertura y ambición, y el desembarco en su propia cabina de transmisión en el estadio de San Lorenzo es el último capítulo de un esfuerzo sostenido: ante el público reunido en el Convent de Sant Agustí, Olivera recordó la primera vez que La Colifata salió del psiquiátrico, en los años 90, «para hacer la radio a la hora del recreo, con los chicos», en la Escuela Normal 5 de Barracas. Desde entonces no se transmite solo desde el Borda: los pacientes salen. A la calle. Allí donde el estigma difícilmente concebía encontrarlos.

UN GOL DE 17 LETRAS

La relación con San Lorenzo de Almagro viene de tiempo atrás, y ha incluido varios actos en el estadio que han dado visibilidad al proyecto y han estrechado los lazos entre La Colifata y la hinchada. «A finales del año pasado el club abrió las puertas a los internos y ellos se empezaron a preparar como comentaristas», explicó Olivera. Los pacientes que inauguraron las transmisiones en directo -habrá una cada vez que San Lorenzo juegue de local- se llaman Cristian Ruggeri y Diego Alberto Olivieri. Pacientes. Internos. Con ellos estaba un narrador reclutado, acuerdo mediante -uno de tantos que ha hecho la radio de los colifas, siempre empeñada en salir, en traspasar las fronteras del Borda- en una universidad argentina. El primer gol de San Lorenzo apareció en el Facebook de La Colifata con todas las oes que se leen a continuación: "GOOOOOOOOOOOOOOOL!!!!!". Era un oyente que lo celebraba todo, que San Lorenzo marcara, que La Colifata lo contara, que él lo escuchara. La euforia no era solo por el tanto. "San Lorenzo brilló y recuperó la punta", tituló después el diario Clarín.