Colau tiene garantizada la aprobación de los presupuestos hasta el fin del mandato

COLLBONI COLAU

COLLBONI COLAU / periodico

TONI SUST / BARCELONA

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A la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, le han arruinado su primer aniversario en la alcaldía la crisis con la Guardia Urbana y el conflicto con los okupas desatado tras el desalojo del llamado ‘banco expropiado’, en Gràcia. Pero no todo son malas noticias para ella. Recién incorporado el PSC al ejecutivo municipal, ahora el equipo de gobierno cuenta con 15 concejales. No servirán para ganar votaciones si no hay más socios. Pero por lo menos hay un caso en el que no será necesario: Colau tiene garantizada la aprobación de los presupuestos hasta el fin del mandato aunque la oposición en bloque se niegue a respaldarlos.

Para ello, cierto es, tendrá que echar mano de una ley impulsada por el Gobierno de Mariano Rajoy, recurrida ante el Tribunal Constitucional por el resto de partidos y alejada de la negociación política: la ley 27/2013, de 27 de diciembre, de racionalización y sostenibilidad de la Administración local. Una norma que permite que sea el equipo de gobierno quien imponga en minoría los presupuestos, si estos estaban previamente prorrogados.

MODIFICACIÓN DE CRÉDITO

Colau intentará buscar un acuerdo con la oposición para no tener que utilizar esa opción, según ha verbalizado ella misma. Pero a la vista del serial en el que se convirtió el proceso de negociación y aprobación de la reciente modificación de crédito, mejor no descartar ningún desenlace.

La primera en recordar que existe esa opción fue la concejala de CiU Sònia Recasens, encargada de los asuntos económicos durante el mandato de Xavier Trias como alcalde, y archienemiga de su sucesor en esa responsabilidad, el actual primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello. En el pleno extraordinario del 5 de mayo en el que se aprobó la modificación de crédito, cuando la CUP afirmó que será mucho más exigente en la confección de los presupuestos para el 2017, la concejala advirtió a los anticapitalistas de que para entonces ya no serán necesarios.

CUATRO VÍAS

Hay cuatro formas de aprobar los presupuestos: la ordinaria –votación por mayoría-, la prórroga, la presentación de las cuentas asociada a una cuestión de confianza y la ya citada, la que tras tumbar el pleno una propuesta presupuestaria consiguiente a unas cuentas prorrogadas permite a la junta de gobierno elaborar unilateralmente los presupuestos. En este caso, lo haría la comisión de gobierno municipal, en la que figura la alcaldesa, tenientes de alcaldes y concejales, sin tener que negociar ni un punto del texto.

Colau no logró una mayoría para aprobar nuevos presupuestos, a diferencia de las ordenanzas, de su propia investidura o de las modificaciones de crédito, casos en los que tejió una alianza suficiente con el PSC, ERC y la CUP, esta última en algunos casos con voto favorable y en otros con abstenciones.

El pacto de gobierno con los socialistas ha irritado considerablemente a ERC, cuyo jefe de filas municipal, Alfred Bosch,  lleva semanas clamando en contra. Pero sobre todo ha alejado a la CUP, que es decisiva para alcanzar los 21 concejales necesarios para la mayoría absoluta, ya que BC, el PSC y ERC suman 20.

EL RECORRIDO

En caso de que el equipo de gobierno no pueda pactar, el recorrido está claro. Tendrá que presentar un proyecto de presupuestos para el 2017 en un pleno municipal. Si el pleno lo aprueba, miel sobre hojuelas. Si lo rechaza, presupuestos aprobados vía norma Rayoy. En el 2018 puede limitarse a prorrogar esos presupuestos. Y en el 2019 podría volver a recurrir a la citada ley del 2013. Y así llegaría a las elecciones municipales de la primavera del 2019.

La cuarta forma de sacar adelante las cuentas es la que eligió Trias en el 2013: asociar el proyecto de presupuestos a una cuestión de confianza. Si el proyecto presentado es rechazado, la oposición tiene la opción de buscar una mayoría alternativa y nombrar a otro alcalde. Trias asumió el reto, consciente de que era inviable que la oposición se pusiera de acuerdo para descabalgarlo. Pagó el precio de ser acusado de falta de diálogo por no negociar. Pero afirmó, como podría afirmar su sucesora si llegase el caso, que la ciudad no puede detenerse.

NORMA RECURRIDA

Lo único que podría cerrar esta vía directa hacia la elaboración unilateral de los presupuestos es que el Tribunal Constitucional anule la norma, ya que la ley del 2013 está recurrida y algún día llegará la sentencia. Colau vive malos momentos en su primer aniversario, pero las penas con pan son menos.