Colau encadena un nuevo revés a su gestión con el fiasco de las ordenanzas fiscales

El fracaso en la negociación política de las nuevas ordenanzas fiscales de Barcelona para el ejercicio del 2017 remata una quincena negrísima para el equipo de Ada Colau, que ha encadenado un chasco tras otro en los últimos días en la gestión de la ciudad. La negativa final de ERC a la ordenanza defendida por el gobierno de Barcelona en Comú y el PSC les deja en minoría en su tramitación, después de que el resto de fuerzas la rechazaran, a falta de que la CUP tome partido. El ayuntamiento ha tenido que retirarla del orden del día del pleno que se celebra el viernes, lo que imposibilita su aprobación este año y fuerza la prórroga de los impuestos vigentes.

De este modo, al no haberse podido aprobar dentro de este año, el IBI (impuesto de bienes inmuebles) y demás gravámenes se mantendrán como en el 2016 a lo largo del próximo año, mientras que las tasas (como las de aparcamiento en las zonas verde y azul) sí pueden modificarse en cualquier momento por otras vías. El calendario (se precisaba una aprobación inicial, su publicación en el BOP, exposición durante 30 días para alegaciones, ajustes y aprobación final en otro pleno) imposibilita desatascar a tiempo la nueva fiscalidad de la ciudad, después de que Colau haya perdido el aliado que precisaba sí o sí, ERC.

LA HERIDA DEL BORN

Las ordenanzas fiscales no suponían este año grandes cambios, más allá del nuevo sistema de pago de las zonas de aparcamiento (donde se quiere que paguen más los vehículos más contaminantes) y del aumento del IBI solo para el 2% de las viviendas más caras. Pero suponen otro tropiezo en la gestión de Colau, que con solo 11 concejales más los cuatro del PSC, precisa acuerdos para garantizar el funcionamiento de la ciudad, aunque la oposición le recrimina contar solo con los grupos de izquierda, con los que ahora también hay importantes fisuras. 

El primer desencuentro con Esquerra tuvo lugar hace una semana cuando estos se sumaron al rechazo global del plan de actuación municipal (PAM) para este mandato en la comisión de Presidencia. Una situación más grave aún a tenor del supuesto despliegue de participación ciudadana que lo había precedido. La crisis por la exposición de la estatua decapitada de Franco en el Born y el abortado (por parte de la Generalitat) intento de evitar las construcción de dos hoteles de lujo en un polémico solar de Drassanes han elevado la tensión en el lado mar de la plaza de Sant Jaume, a solo unos días de encarrilar la negociación de los próximos presupuestos municipales, que pinta peliaguda.

EN CASCADA

A lo largo de la mañana del jueves los distintos grupos han ido anunciando su rechazo a la ordenanza. CiU y el PP ya lo habían hecho en la comisión de Economía y Hacienda de la semana pasada, pero ERC, Ciutadans y la CUP se habían reservado el voto cara al pleno de este viernes. La líder municipal de C’s, Carina Mejías, criticó que a última hora se les hubiera ofrecido un ajuste del IBI, mientras que, dijo, a la CUP se la tentó con un aumento. Los 'cupaires' afirmaron que su grupo decidiría a través de las mesas políticas del partido, pero no negociarían si no se cambian las funciones de antidisturbios de la Unidad de Soprte Policial (USP) de la Guardia Urbana. Pero lo inesperado fue el revés de los republicanos.

Para Gerardo Pisarello, primer teniente de alcalde y responsable de Economía, el feo de ERC es meramente "político". El presidente de los republicanos, Alfred Bosch, basó su rechazo en el incumplimiento del pacto sobre transporte público gratuito para menores de 16 años. Según Pisarello, con la tarjeta T-15 se ha llegado ya a 2.000 adolescentes en situación de vulnerabilidad, pero esos 483.000 euros aportados no bastan a los republicanos, que creen que solo se ha cubierto el 20% de la demanda. No lo ve así el equipo de gobierno, que insiste en que "motivos técnicos" y de recursos humanos han impedido ejecutarlo ya, pero existe compromiso de hacerlo con efectos retroactivos. Algo en lo que Bosch no confía.

Con el patio así de revuelto, a la reiterada petición del PP de crear una alternativa política a Colau, se ha sumado C’s, proponiendo acuerdos entre toda la oposición "para crear una alternativa a la parálisis de Colau".  

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