DEBATE SOBRE UNA INFRAESTRUCTURA CLAVE

Colau inicia en solitario la defensa de su opción de tranvía por la Diagonal

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CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / BARCELONA

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Al gobierno de Ada Colau le espera una segunda parte de mandato con curvas. Como las de las Glòries, esa plaza hoy arenosa y repleta de parches; ese centro metropolitano cuyos túneles viarios se han quedado a medias porque el consistorio ha roto el contrato con las constructoras. O las del turismo y la burbuja del alquiler, la kryptonita que el colauismo no alcanza a doblegar. O las del tranvía, cuya fase técnica ha puesto la alfombra roja para que los 41 concejales inicien el debate político. El arranque, cuando todavía no se ha reunido la comisión municipal que decidirá el trazado, no puede ser más prometedor para los amantes de la intriga: la alcaldesa inicia en solitario la defensa de su propuesta en superficie por la Diagonal. 

Decir que arranca sin cómplices es ser fiel a la realidad, aunque quizás sea una afirmación algo estricta. Los cuatro concejales del PSC, que forman parte del gobierno, también quieren las vías por encima de la avenida. Pero con modificaciones sustanciales respecto a la propuesta de Barcelona en Comú, la mejor puntuada por los expertos de las cuatro evaluadas. Daniel Mòdol, edil de Arquitectura, Paisaje Urbano y Patrimonio, coincide en el modelo por la calzada central hasta la calle de Marina. Pero en los 600 metros que faltan hasta Glòries hay importantes diferencia de criterios.

PROPUESTA "INEFICAZ"

La alternativa que plantea el <strong>estudio informativo</strong> respeta el formato de rambla que dibuja la Diagonal hasta la conexión con el Trambesòs. Mòdol, en cambio, receta seguir con la misma configuración, esto es, dejar el ferrocarril por el centro sin romper su línea recta. "En el tramo entre Glòries y el Fòrum se ha demostrado que el tranvía a los lados de una rambla es ineficiente porque consume mucho más espacio público y acaba aislando el espacio central", resume. Mòdol también echa de menos "más reflexión sobre el espacio público", por el que está dispuesto a plantar batalla.

El portavoz del grupo de los Demòcrates, Joaquim Forn, es el más contundente contra las intenciones de Colau, a la que acusa de "mentir" y "manipular datos". Para la antigua CiU, que siempre ha abogado por el bus eléctrico, el estudio informativo presentado el martes, que demuestra que el tranvía en superficie por la Diagonal es la mejor opción, está basado en "números falseados". "Siguen sin explicar los efectos que tendría el proyecto sobre la movilidad del centro de Barcelona. Las imágenes virtuales de la avenida son muy bonitas, pero que hagan lo mismo sobre cómo quedarán calles como París, València, Aribau o Muntaner". Forn sostiene que el gobierno tiene la costumbre de "arreglar los problemas con una varita mágica". ¿Cómo piensan hacer desaparecer los coches?". 

LUZ EN EL TÚNEL

Alfred Bosch (ERC) apela al "consenso" como única manera de evitar que todo el mundo termine "haciéndose daño". También le reclama a Colau que se centre en un proyecto que es de la ciudad, y no de un partido político concreto. Esquerra siempre defendió la opción del túnel. Ahora la recupera. "Ahora parece que soterrar no es tan inviable. Tenemos que hacer el máximo para que lo imposible se convierta en probable". 

Carina Mejías (Ciutadans) se ha apeado de la euforia 'tranviera' al asegurar que esta obra "no es una prioridad", como sí lo es, a su entender, elaborar un "plan estratégico que garantice la movilidad, la eficiencia y la eficacia a la hora de desplazarse por razones de trabajo, ocio y turismo". Debe referirse al Plan de Movilidad Urbana, que no es que no exista, sino que no se cumple. En cualquier caso, antes de embarcarse en nuevas aventuras urbanísticas, ha instado a terminar las que están a medias, como Glòries o el Paral·lel. 

Maria José Lecha (CUP) tiene claro que el modelo de gestión del tranvía pasa por delante del diseño de la cosa. Los 'cupaires', avanza, no votarán a favor de ninguna alternativa que no garantice la gestión "100% pública" del transporte público. "De lo que se trata -sostiene- es de reducir el número de vehículos en la ciudad. Eso también podría conseguirse con el bus eléctrico". 

"COMUNISMO SOBRE RAÍLES"

Alberto Fernández Díaz ha echado mano de su habitual ingenio verbal para afear a la alcaldesa el "comunismo sobre raíles para imponer el tranvía por la Diagonal". El líder del PP ha lamentado que Colau haga caso omiso de la consulta del 2010, en la que los barceloneses dijeron 'no' al ferrocarril y ha priorizado "terminar la línea 9 de metro".

Con las cartas sobre la mesa, empieza el pinta y colorea que debería alumbrar, en noviembre, un consenso. Bien podría ser una de las cuatro opciones (nadie defiende por ahora el tranvía por Provença) o bien podría ser que la arteria se quede como está. En julio empiezan las reuniones de la comisión municipal, presidida por el concejal independiente Gerard Ardanuy. Quién sabe, quizás su voto sobre un total de 41 acabe valiendo su peso en oro.

Baile de carriles para el coche

La opción predilecta del gobierno de Ada Colau para conectar el tranvía deja la calzada central de la Diagonal sin coches. Esto significa que de golpe y porrazo vuelan seis carriles, tres por sentido. Dos de ellos están destinados al bus y al taxi. A día de hoy, la avenida cuenta con ocho viales hasta paseo de Gràcia, donde gana uno más en cada lateral, hasta 10 corredores en total.

La idea es que la configuración final se quede en cuatro, íntegramente destinados al vehículo privado, excepto un pequeño tramo para el bus que baja por Pau Claris y que iría por el lateral mar desde paseo de Gràcia. El único tramo en el que autobús y tranvía comparten calzada es entre Via Augusta y el Cinc d'Oros. El proyecto prevé dejar un solo carril por sentido desde Marina hasta Glòries, ya que la bici se baja a la calzada e irá junto a la circulación motorizada. La capacidad de que el Eixample absorba todo el tráfico que debe marcharse de la avenida (más de 14.000 coches) es uno de los grandes objetos de controversia de este proyecto.