Colau cierra su acuerdo presupuestario con la CUP, a falta de las asambleas alternativas

Ada Colau y Alfred Bosch en el acto en el que anunciaron el acuerdo entre BC y ERC, el pasado 21 de abril.

Ada Colau y Alfred Bosch en el acto en el que anunciaron el acuerdo entre BC y ERC, el pasado 21 de abril.

TONI SUST / BARCELONA

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Todo a punto, de nuevo, para la fiesta final del presupuesto municipal para el 2016. El Ayuntamiento de Barcelona confía en irse a dormir este jueves con la modificación de crédito aprobada, de una vez por todas. Hay signos de que eso sucederá: el consistorio ha convocado para este miércoles por la mañana una junta de portavoces para que, a su vez, convoque un pleno extraordinario. En principio se necesitan 48 horas de tiempo para hacerlo, lo que llevaría al viernes, pero es un escollo evitable si hay acuerdo por mayoría absoluta, como es el caso. El grupo de CiU ha argumentado problemas de asistencia para el viernes, por lo que al final la reunión del plenario tendrá lugar el jueves a las 15.30 o las 16.00, según han confirmado la CUP y fuentes del consistorio.

Todo ello indica que existe un acuerdo cerrado entre BC y la CUP y ahora la última condición que debe cumplirse es que las 13 asambleas de los anticapitalistas en Barcelona digan sí al acuerdo con Barcelona en Comú, logrado tras una negociación que ha obligado a retrasar la decisión final diez días, después de que el pleno convocado para el 25 de abril tuviera que aplazarse ante el hecho de que la CUP iba a votar en contra y, en consecuencia, a tumbarla. 

DEL PRESUPUESTO A LA COALICIÓN

Las asambleas de la CUP se reúnen este miércoles por la noche para mantener ese debate. El jueves, horas antes del pleno extraordinario, el partido prevé informar de su posición final. Si no hay sorpresa de última hora, un pleno de menos de dos horas servirá para certificar un aumento en las cuentas municipales para el 2016 de 275 millones de euros. Parte de esa cantidad irá ligada a proyectos elegidos por ERC, el PSC y la CUP, socios aritméticamente necesarios para que el equipo de gobierno alcance los 21 votos que requiere la mayoría absoluta en el plenario municipal y gane la votación.

Entre lo que la CUP exige, destaca la propuesta de un carnet de ciudad para los simpapeles, una ayuda económica para mujeres y la remuinicipalización de servicios.

Una semana después, Barcelona en Comú oficializará de algún modo la entrada del PSC en el gobierno de Colau, que por fin podrá delegar o compartir funciones en áreas temáticas y en la gestión de algunos distritos. Y la previsión es que ERC se convierta en un socio prioritario, sin entrar en el gobierno.

NEGOCIACIONES Y FRUTOS

A cambio de su apoyo a las modificación, el PSC y ERC han obtenido una serie de frutos que han exhibido. Por parte de los republicanos, apoyo económico a la llegada del metro a la Zona Franca y a la operación por deencallar el cierre de la Modelo. Por parte de los socialistas, inversión en la reforma de la Ronda de Dalt, la calle de Pere IV y la Meridiana. La CUP planteó una negociación basada en lo que denominan 'Las diez pedaladas'. Propuestas que en muchos casos figuran en el programa electoral de Barcelona en Comú, lo que en principio debió de facilitar un entendimiento.

Pero la CUP llegó al final de la anterior negociación con un regusto amargo. Asistió a cómo ERC y el PSC recibían contraprestaciones y en general el trato que se dispensa a un socio, mientras en el caso del partido alternativo no prosperaban sus peticiones. El equipo de gobierno entonó un discurso cara al pleno extraordinario convocado para el 25 de abril, luego anulado, que no funcionó y que se fundamentaba en dar por hecho que la CUP no podía encontrarse votando no a la modificación presupuestaria con el PP y CiU. La presión no asustó a los anticapitalistas.