Colau escribe sobre la crisis migratoria y señala el cinismo en el debate sobre el 'top manta'

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha colgado este viernes en su página personal de Facebook un texto en el que relaciona dos de los temas que han marcado la agenda informativa este verano: la crisis migratoria en Europa y el fenómeno del top manta en Barcelona. "Antes de ayer 50 personas murieron asfixiadas en la bodega de un barco. Ayer más de 70 muertos en el interior de un camión. Hoy nos despertamos condos naufragios: puede que más de cien muertos. Tenemos un mar que se llena de muertos. Unas fronteras que se llenan de alambres, pinchos, cuchillas... y de muertos. Hombres, mujeres, niños y niñas, muertos", inicia su reflexión la alcaldesa. "Y una parte de Europa llora, grita, quiere que se salven, que no mueran, pero... pero que no vengan, que se vayan, que desaparezcan, que no existan y que no tengamos que verlos en la tele, y menos en nuestras calles, con sus mantas, en el metro, o en las escaleras de nuestras casas", prosigue.

En clara alusión a la política adoptada por el Partido Popular catalán, Colau continúa su reflexión apuntanndo que "algunos de forma irresponsable promueven el miedo a los otros, los ilegales, los que vienen a vender sin licencia... Pero el miedo es solo eso: miedo". "Nuestro miedo a vivir un poco peor contra su miedo a no sobrevivir. Nuestro miedo a tener que compartir una pequeña parte del bienestar contra su miedo al hambre y a la muerte, tan profundo que les ha dado el valor de arriesgarlo todo, para venir sin otro equipaje que el propio miedo", relata Colau en el mismo escrito.

LLAMADA AL AFECTO

También en alusión a las críticas recibidas por la edila barcelonesa por su gestión del fenómeno de los manteros, Colau sugiere "que los gobiernos dejen de amenazar con el “efecto llamada”. Lo que necesita Europa, urgentemente, es una “llamada al afecto”, una llamada a la empatía". "Aunque se trata de un tema de competencia estatal y europea, desde Barcelona haremos todo lo que podamos para participar de una red de ciudades-refugio. Queremos ciudades comprometidas con los derechos humanos y con la vida, ciudades de las que sentirnos orgullosos", concluye.