Colau confiesa sentirse "impotente" por no poder dar respuesta a casos individuales

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha admitido su impotencia porque, a diferencia de su etapa como activista, ahora no puede actuar en casos individuales de personas que le piden ayuda, aunque ha prometido que su equipo se "dejará la piel" para que sus políticas sociales se noten lo antes posible.

En un escrito publicado el lunes en la red social Facebook, Colau explica que desde que es alcaldesa se han multiplicado las peticiones de empleo que recibe cada día, "en la calle, por carta, por Facebook, hasta por Whatsapp y sms".

"Aparentemente tengo más poder que nunca y, sin embargo, en cierto sentido me siento más impotente: a diferencia del activismo social en el que he estado muchos años, ahora no puedo actuar para dar respuesta a casos individuales", admite.

Colau aclara en su escrito que utilizar el poder que le confiere su cargo como alcaldesa para resolver casos individuales de ciudadanos que acceden a ella por vía personal "podría ser considerado clientelismo, incluso tráfico de influencias".

Por este motivo, recuerda que su actual labor, junto a su equipo de gobierno, es cambiar políticas estructurales para aumentar las medidas sociales -como las becas comedor y las viviendas de alquiler social-, promover iniciativas de empleo a través de Barcelona Activa o aprobar planes de impulso del comercio de proximidad, de la economía cooperativa, del turismo sostenible y de la rehabilitación urbana y energética.

Colau se muestra convencida de que el cambio en las políticas estructurales que impulsa desde su llegada al Ayuntamiento de Barcelona ayudarán a crear "no sólo empleo, sino empleo de calidad", aunque advierte que "necesitan varios meses para ponerse en práctica y empezar a mostrar resultados sustantivos".

"RABIA E IMPOTENCIA"

"Quiero aprovechar el altavoz de las redes sociales para deciros que nos vamos a dejar la piel para hacerlo lo más rápido posible, pero que ahora no puedo intervenir en casos individuales, aunque algunos de que los que conozco me hagan llorar de rabia e impotencia", subraya Colau.

La alcaldesa recuerda que el lunes mismo una mujer mayor la paró por la calle, llorando, y le explicó que cobra una pensión "miserable" y que no llega a fin de mes, porque tiene un hijo en paro y una vivienda social que no puede pagar.

Colau también expone que recientemente una amiga le preguntó si le podía proporcionar empleo a su marido, camionero, conduciendo algún camión de recogida de basura, y que en el colegio de su hijo un padre le comentó que lleva cuatro años en el paro y que estaría dispuesto a trabajar de lo que fuera.

"Os pido que me sigáis interpelando y explicando la realidad, la que realmente importa, la de la vida cotidiana de la gente, la que -ahora y siempre- debe ser la máxima de nuestras prioridades", agrega Colau.

Según la alcaldesa, miles de barceloneses votaron a la candidatura que encabezaba (BComú) "para poner la vida digna de todas las personas en el centro de las políticas públicas, sin excusas". "Lo sabemos y lo recordamos cada día, con un profundo sentido de la responsabilidad", concluye Colau.