Colau afirma que Europa debe elegir entre acoger a los refugiados o "los nuevos fascismos"

“Barcelona quiere y debe ser una ciudad-refugio, no quiere ser egoísta, cerrada, ciudad del miedo y de la desconfianza”, ha afirmado Ada Colau este viernes en el inicio de una cumbre de dos días que se celebra en el Vaticano, en la que participan unos 80 alcaldes de todo el mundo. En su intervención, Colau ha advertido: “Europa se encuentra ante una encrucijada: o acogemos a las personas que solicitan refugio, o acogemos el racismo, las nuevas formas de fascismos que amenazan la misma idea de Europa”.  

El encuentro, dedicado a la acogida de los refugiados que llaman a la puerta de Europa y en el que participan también los alcaldes de Zaragoza, Málaga y Valencia, ha sido promovido por las alcaldesas de Barcelona, Madrid, Manuela Carmena, y París, Anne Hidalgo, y ha sido patrocinado por la Pontificia Comisión de Ciencias Sociales del Vaticano. La cita se ha transformado en un alegato de los alcaldes frente a sus gobiernos, por el hecho de que los segundos fijan políticas para los refugiados que luego no  cumplen, y tampoco dotan a las ciudades de los medios legales y económicos necesarios para hacerlo.

BLINDARSE O AYUDAR

“No basta con indignarse, sino que hay que dar una respuesta y pasar a la acción”, ha dicho Colau, pidiendo más recursos, porque las ciudades

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“quieren ayudar a los Estados para que cumplan con sus compromisos de reubicación de los refugiados”. “Por su afán de blindarse, han renunciado a la obligación de asistencia”, ha añadido.

“Lo peor de una ley es que no se cumpla, porque entonces no sirve”, ha denunciado Carmena, haciendo referencia a que ningún país europeo, a excepción de Italia (que ha recibido a 170.000 refugiados solo en el 2016), ha cumplido con los acuerdos de la UE. Carmena ha pedido que quienes lleguen huyendo de un conflicto puedan ser empadronados con el fin de “impedir su muerte legal”.

ACOGIDA TEMPORAL

Colau ha reclamado competencias para los ayuntamientos para poder acoger a refugiados, “aunque sea de manera transitoria, para que puedan trabajar, pagar impuestos y que se les pueda exigir como al resto de los ciudadanos”.  Lo que está en juego, según ella es “el legado civilizador, el proyecto de la UE como antídoto contra los totalitarismos”. “No es justo que haya ciudades saturadas y otras como Madrid y Barcelona que hemos dicho que podemos ayudar”, ha lamentado la alcaldesa, que ha asegurado que Europa “no puede permitirse” partido xenófobos como el Frene Nacional de Marine Le Pen.

El encuentro vaticano proseguirá este sábado y el papa Francisco recibirá a los alcaldes de las principales ciudades del mundo.