INYECCIÓN ESTRATÉGICA

El cóctel perfecto

P. C.
BARCELONA

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Ahora que la coctelería está tan de moda, puede decirse sin vacilar que el mejor cóctel del Port Fòrum es el que ya se ha servido durante la negociación del proyecto lúdico para la zona. Se toma un complejo de locales comerciales sin uso por la crisis, se suma un ayuntamiento (Sant Adrià) consciente de que en plena recesión es casi un milagro que alguien invierta millones y marca en la zona, se agrega un empresario catalán (Martín Ferrer) con solvencia y mucha experiencia en el ámbito del ocio y se remata con un arquitecto de renombre internacional (Jean Nouvel). Bien agitada, en teoría ¿cómo no va a funcionar semejante mezcla?

Cabe destacar que durante tres años solo los barcos han dinamizado la zona. Un buen restaurante, a sus pies, y una macrotienda Decathlon de 6.000 metros cuadrados son la artillería básica con la que se ha tratado de que fuera una zona viva, algo difícil con unos 70 locales cerrados. ¿Por qué Ferrer se lanza a semejante contienda? No es el primer interesado (también Pacha tanteó el desembarco), pero sí el que más claro ha tenido el proyecto. Su«amistad»con Nouvel, padre de la torre Agbar y el Hotel Catalonia Fira (aún en obras) y de edificios premiados en medio mundo, ha bastado para que el arquitecto se haya volcado en una innovadora propuesta.«Es un proyecto único y sin prisas», con el que Martí se quiere retirar a lo grande, explica el empresario.

Amplio recorrido

En el currículo de este emprendedor figuran grandes éxitos locales, como los extintos Barçalles y Fibra Óptica, con los que el ayuntamiento barcelonés no tuvo piedad. Su joya de la corona es el Amnesia de Eivissa, que cada verano se llena a diario hasta la bandera, así como la Cova Santa, también en la isla blanca, un restaurante y club ahora en obras de mejora para reabrir este verano. En Catalunya tiene L'Atlàntida de Sitges (arrendada a Matinée Group) y el espectacular Atlàntic Club en el Tibidabo, que solo abre para eventos privados.

En el otro lado de la balanza, el ayuntamiento adrianense ya asumió en el 2009 que el ocio«de calidad»-ante la sombra del Maremàgum y el Port Olímpic- sí sería bienvenido al Port Fòrum. Habían pasado tres años desde el inicio de su singladura. Pero eran malos tiempos para invertir y el excesivo precio al que se ofertaban los locales se convirtió en un escollo. La coyuntura no es ahora mejor, pero sí los ingredientes principales.