Aparcar sobre la acera, en la parada del bus, puede salir gratis en BCN
Cabalgar en un 4x4 de altísima alta gama debe otorgar el placer de sentirse el rey del mundo. El conductor del Porsche Cayenne de la fotografía burla todas las prohibiciones: condujo por el lateral montaña de la Gran Via, destinado exclusivamente al transporte público, aparcó sobre la acera e inutilizó la parada del autobús durante un buen rato.
El lugar de la infracción múltiple (la Gran Via entre las calles de Villarroel y Urgell) dispone de al menos cuatro aparcamientos, situados en un radio inferior a los 100 metros. La zona, además, cuenta con una amplia área azul donde estacionar.
"El propietario de este vehículo debería pagar una multa de 200 euros, como mínimo", avisa una agente de la Guardia Urbana cuando ve la foto hecha con un móvil. Que esté tranquilo el piloto: la autoridad municipal solo actuará en su contra si el autor de la captura lo denuncia con nombres y apellidos. Y el fotógrafo callejero no está por la labor. ¿Quién se atreve? No quedan valientes como Pasqual Maragall. El alcalde olímpico era capaz de bajarse del coche oficial para regañar al conductor que había aparcado sobre una acera de la Barceloneta. Pero, claro, era Maragall.
UN MÍNIMO DE 200 EUROS
200 euros. El aparcamiento en Barcelona está por la nubes. 200 euros darían para unos cuántos días. ¿Por qué el conductor del Cayene aparcó así de mal? Un enemigo de los todoterrenos en la ciudad diagnosticaría sin margen de error que esa es una actitud clarísima de los prepotentes, de los que se creen que por conducir por encima de las cabezas del resto son lo más de lo más. "Confunden las calles de Barcelona con las de Doha", me advierte Emilio Pérez de Rozas, recién llegado de la MotoGP y sorprendido por cómo se manejan los ricos riquísmos de Catar.
La foto muestra pixelada la matrícula del cochazo. No es andorrano, advierto para subrayar lo dificultoso que es viajar en automóvil por Barcelona si eres de fuera. Las zonas azules, las áreas verdes, los vados, las cargas y descargas, los peajes de entrada y salida son tan disuasorias como caro el párking en cualquier punto de la ciudad. Por no hablar de los motoristas y ciclistas que invaden el espacio de los peatones. Ni los andorranos que se libran de ciertos impuestos y los forasteros de todas partes se librarán de pagar por ir en coche. El de la foto denuncia, de momento, se libra de pagar 200 euros de multa.
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