La ciudad inacabada exige más inversión

SANT ANDREU tiene una larga lista de asuntos pendientes, de la transformación de La Sagrera vinculada a una estación del AVE que no acaba de llegar a los equipamientos en los terrenos de los viejos cuarteles o la Fabra i Coats. Esta radiografía es la sexta de una serie que retratará los 10 distritos.

LOS VIEJOS CUARTELES Solar pendiente de albergar equipamientos.

LOS VIEJOS CUARTELES Solar pendiente de albergar equipamientos.

HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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Hace pocas semanas las asociaciones de vecinos de Sant Andreu de Palomar, La Sagrera, Sant Andreu Sud, Sant Andreu Nord, Bon Pastor, la Verneda Alta, Navas, Trinitat Vella y La Maquinista organizaron unas jornadas cuyo nombre no deja lugar a dudas acerca del sentir sobre la situación de sus barrios. La ciutat oblidada, de l'avinguda Meridiana al riu Besòs -así las llamaron- concluyó que sus barrios están fracturados «por razones urbanísticas y sociales». «Hay un aislamiento de los barrios entre ellos y hacia la ciudad», prosigue el documento que hacen suyo todas las asociaciones. Ojeando los programas de los grupos políticos, todos comparten el diagnóstico.

La solución también parece clara: «El proyecto de la estación del AVE de La Sagrera y todo lo que lo acompaña debe coser la gran fractura entre esos barrios». Tan localizado como está el remedio, es evidente que este encabeza las peticiones vecinales para el próximo mandato. «Durante muchos años la respuesta a cualquier cosa que pedíamos siempre era la misma: 'Cuando llegue el AVE'. El AVE llegó, pasó de largo sin parar y prácticamente nada se sabe de todo lo que tenía que traer al barrio», resume José Barbero, presidente de la asociación de vecinos de La Sagrera, quien también subraya la pacificación de la Meridiana en la larga lista de asignaturas pendientes.

Otra de las reivindicaciones en el distrito en la última década son los equipamientos previstos desde hace ocho años en los solares de las antiguos cuarteles. «Lo prioritario es la residencia para personas mayores y la guardería», destaca Santi Serra, presidente de la asociación de vecinos de Sant Andreu de Palomar. «Prácticamente lo único que han hecho en estos cuatro años en los cuarteles es ceder 5.000 metros cuadrados a Hermandad Antiguos Caballeros Legionarios de Barcelona», denuncia el activista vecinal, quien insiste en que no ha habido voluntad política de apostar por esos equipamientos. «Para lo que sí ha habido voluntad -prosigue Serra- es para impulsar la ampliación del centro comercial La Maquinista, algo a lo que nos oponemos tanto las asociaciones de vecinos como las de comerciantes». El municipio justificó la decisión por el interés público que suponía, ya que el convenio incluye que, a cambio de la recalificación para la ampliación, el centro comercial se compromete a construir el edificio definitivo para la escuela pública La Maquinista, en barracones desde hace siete años.

DESAFECTACIÓN DEL CASCO ANTIGUO

Entre los progresos en el barrio en estos cuatro años, se acaba de iniciar -todavía están preparando el terreno- la construcción de la escuela y el instituto de la Fabra i Coats, otra reivindicación de largo recorrido. También funciona en el antiguo recinto fabril, junto a la ya consolidada Fàbrica de Creació, el Ateneu L'Harmonia, con una gestión ciudadana que pendió de un hilo con el cambio de alcalde de hace cuatro años. En un primer momento el gobierno de Trias se negó a lo que juzgó una «concesión a dedo», pero que, tras una larga batalla, los vecinos lograron consolidar. El casco antiguo del barrio ha logrado también -no sin una intensa lucha vecinal- la demanda de su desafectación casi completa.

Al noreste del distrito y de la ciudad, Trinitat Vella. El barrio, con una renta familiar de 53,5 -estando la media de la ciudad en 100- reivindica más inversión en formación ocupacional. «Somos un barrio humilde y el paro nos hace más humildes todavía. Es muy necesaria la formación profesional de nuestros jóvenes», reivindica Luis Quero, de la asociación de vecinos del barrio.

La Trinitat Vella -«aislada de la ciudad y del resto del distrito», lamenta Quero- tiene dos grandes asignaturas pendientes, incluidas también en la mayoría de programas electorales de los partidos que optan al consistorio el próximo 24 de mayo. Por un lado el derribo de la cárcel, donde está pendiente el proyecto bautizado como Trinitat Nord, y por el otro la urbanización de Porta Trinitat. «Ambos son prioritarios, pero el primero es más urgente porque hay familias viviendo en condiciones pésimas en edificios con aluminosis, esperando el realojo en los futuros pisos sociales proyectados sobre la vieja cárcel», razona el líder vecinal, quien destaca que lo que sí se ha hecho en estos años, algo que agradecen, es derribar las casas de los funcionarios, que llevaban tiempo abandonadas.

«Han hecho una actuación provisional, con un pipicán, un parque infantil, una zona de deporte y un aparcamiento. Ha quedado mucho mejor, por supuesto, pero nosotros pedimos el desarrollo del plan definitivo», concluye Quero.

EL FIN DE LAS CASAS BARATAS

Seguramente la gran victoria vecinal del mandato que acaba en el distrito es el acuerdo para desatascar la tercera fase de la sustitución de las Casas Baratas del Bon Pastor, que ya encara la recta final. La presión del barrio hizo que el municipio no solo encontrara inversores para construir los nuevos pisos, sino que mantuviera el proyecto inicial de levantar tres bloques (hicieron el amago de quedarse en dos). «Nos ha costado, pero estamos satisfechos», cuenta Paquita Delgado, presidenta de la asociación de vecinos, quien también destaca que han logrado locales nuevos para la escuela de adultos.

Encabeza la lista de asuntos pendientes en el Bon Pastor la mejora de las comunicaciones. «Con la implantación del bus ortogonal, el H-8, en vez de llegar hasta el barrio, se queda en La Maquinista. Hemos protestado reiteradamente, pero de momento no nos han hecho caso. Insistiremos en el próximo mandato», prosigue Delgado, quien recuerda que este domingo celebran el quinto aniversario de la llegada del metro al barrio, otra de sus grandes victorias. Sí han logrado que el bus 11 pase por el CUAP Isabel Roig.

Los vecinos de Trinitat Vella insisten en la necesidad de que el futuro gobierno de la ciudad tenga el derribo de la cárcel del barrio (foto) y su sustitución por los pisos sociales que deben acabar con la aluminosis entre sus prioridades más urgentes.