COMERCIO DE PROXIMIDAD

Cierra la última juguetería centenaria de Ciutat Vella

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CRISTINA SAVALL / BARCELONA

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Joguines Foyé, con 112 años de antigüedad en la calle Banys Nous, bajará definitivamente la persiana antes de finales de año cuando haya terminado las existencias. "Liquidación total" es el letrero que más se repite en esta tienda, la última superviviente de las jugueterías centenarias del centro de Barcelona. Cuando cierre, en Ciutat Vella ya no quedará ninguna tienda histórica dedicada a la venta de muñecas, cochecitos, trenes eléctricos, peonzas, pelotas, fuertes con indios y vaqueros, circuitos de Scalextric, estuches de comiditas, pizarras o triciclos.

En el 2013, el Palacio del Juguete tuvo que abandonar su local (tras 78 años en la calle del Arcs, al lado de Portal de l'Àngel) para trasladarse a otro más pequeño y sin tanta centralidad en la calle Capellans. En el establecimiento original hoy se encuentra una franquicia de la marca italiana de zapatos Geox. Un año más tarde, Joguines Monforte, en la esquina de la calle de la Palla con la plaza de Sant Josep Oriol, tiró la toalla tras 173 años de vida. Hoy su emblemático espacio lo ocupa una granja. Y en el 2015, la transitada calle Pelai perdió uno de sus negocios con más solera: Casa Palau, un negocio fundado en 1935 que, aunque mantiene su actividad en la calle Balmes, se vio obligado a abandonar el local con el que comenzó vendiendo piezas de coleccionismo, como trenes, barcos de madera, Playmobils y Legos

LAS CAUSAS DE LA CRISIS

Pedro Luna, gerente de la plataforma L’Agrupació de Joves Arquitectes de Catalunya (AJAC), asegura que la inestabilidad económica que padece la venta de juguetes deriva de tres factores: "de que la edad de juego de un niño cada vez es más corta, de la nueva tendencia de consumir de los padres que prefieren comprar en grandes superficies o a través de internet y de que la natalidad ha bajado".

CUARTA GENERACIÓN

Estos cierres o traslados fueron provocados por el incremento del alquiler tras el fin de la moratoria que establecía la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU). El caso de Joguines Foyé es diferente, porque los dueños del negocio son titulares del local. Susana Ventosa, actual propietaria y cuarta generación de la familia que durante estos 112 años ha regentado el negocio, asegura que en estos últimos años se ha desvivido por mantener su pequeña empresa.

"Trabajamos mucho y los números no salen. Todo va a parar a pagar impuestos. Apenas llegamos a fin de mes", argumenta Ventosa, para quien el causante de esta crisis en su sector son las ventas 'on line'. "No podemos luchar contra las ofertas que se encuentran por internet", lamenta.

En su tienda, de 200 metros cuadrados, se vende todo tipo de juguetes, menos los tecnológicos. Aunque la especialidad son los destinados a coleccionistas, tipo muñecas de porcelana, cajas de música, muñecos de hojalata o de madera y caballos de cartón.

EN TRASPASO

La calle Banys Nous, situada en Ciutat Vella, es una de las zonas más turísticas de Barcelona. "Pero los turistas no compran juguetes. Les gusta ver los escaparates y las luces encendidas, pero no gastan. El barrio está cambiando, se está perdiendo el carisma del comercio de antaño. Vamos cayendo como moscas", lamenta la dueña de un local, que ya está en traspaso tras más de un siglo en manos de la misma familia.