Cien años con Welles

Ciudadano Kane sorprendió en su estreno en Nueva York, en 1941, a la crítica más que al público, que estaba demasiado influenciado por la campaña en contra emprendida por el imperio mediático de William Randolph Hearst, el magnate en cuya vida se inspira esta película, considerada una de las mejores de la historia. Orson Welles, director y protagonista, logró en su debut detrás de la cámara solo el Oscar al mejor guion, escrito a cuatro manos con Herman J. Mankiewicz. Esta estatuilla y la que le concedieron en 1971 por el conjunto de su carrera fueron las únicas que encumbraron su magistral filmografía.

En Europa tardó cinco años en estrenarse a causa de la segunda guerra mundial. El entusiasmo de los espectadores europeos provocó que en Estados Unidos fuera revisada y reconocida como la obra maestra que asentó las bases del cine moderno.

François Truffaut la definió como una película total: «Psicológica, social, poética, dramática, cómica, barroca(...). Es un ensayo sobre la vanidad de todas las ambiciones humanas y un poema sobre la decrepitud, y en el trasfondo de ello, una reflexión sobre la soledad de los seres excepcionales, genios o monstruos, monstruosamente geniales», escribió el director de Los 400 golpes en sus días de crítico de cine.

HOMENAJES /La proyección esta noche de Ciudadano Kane en la Filmoteca de Catalunya coincide con el centenario del nacimiento de Welles, motivo por el que se inaugura un ambicioso ciclo de 35 películas que se acompañará de homenajes, de presentaciones de libros y de una exposición en el vestíbulo de la sala Chomon de las fotografías que Colita captó durante 1964 en el rodaje de Campanadas a medianoche por Soria. No faltarán sorpresas, como la proyección de escenas inéditas, la emisión de algunos de sus programas radiofónicos, un espectáculo teatral protagonizado por Josep Maria Pou y Carles Canut, y un seminario internacional que reunirá a expertos mundiales.

Esteve Riambau, director de la Filmoteca, profesor universitario, realizador y crítico de cine, es especialista en Orson Welles, a quien ha dedicado los ensayos El espectáculo sin límites (1985) y Una España inmortal (1993). Es también coguionista del documental Orson Welles en el país de Quijote. «Antes de filmar con 25 años  ya era una leyenda viva: un artista fundamental, una estrella del teatro y el creador del programa de radio La guerra de los mundos, que tanta repercusión tuvo en Estados Unidos. Tenía el don de simultanear varios lenguajes a la vez», opina Riambau.