Chabolas de plástico

En dos calles del barrio de El Coll hay dos espacios sin construir donde viven familias con menores en condiciones muy precarias

Las chabolas construidas en el descampado de la calle del Torrent del Remei.

Las chabolas construidas en el descampado de la calle del Torrent del Remei.

MIRIAM GARCÉS

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Solares abandonados y crisis económica están íntimamente relacionados, tanto en las causas (la explosión de la burbuja inmobiliaria que dejó muchos edificios por construir) como en algunas de las consecuencias: son numerosos los descampados en Barcelona que acogen precarias chabolas de aquellos que han caído fuera del sistema. Es el caso de dos solares muy cercanos en las calles Móra d'Ebre y Torrent del Remei en el barrio del Coll, en Gràcia.

Àlex Fuster, abogado, vecino del barrio desde hace 20 años, vive cerca de los dos solares.  «Los terrenos llevan abandonados desde que comenzó la crisis de la construcción, hace unos ocho años, y llevaban tiempo llenos de ratas, hasta que hace dos años entraron a vivir los actuales ocupantes», explica. Fuster se refiere a las familias, con niños menores de edad, que se han instalado en el descampado en unas chabolas donde viven en mínimas condiciones de vida.

Plástico y lonas

Los dos solares se encuentran cerrados por muros, pero el acceso al interior es posible, en un caso a través de una valla metálica de construcción que da a la calle y el otro por una puerta. Las chabolas se han construido con todo tipo de materiales: plásticos, madera, lonas, piedras...

«No son personas conflictivas ni agresivas, más bien intentan pasar desapercibidas, pero las condiciones en las que viven no son humanas, especialmente para los menores», afirma Fuster. Y es que además de la evidente falta de higiene que existe en el interior de ambos recintos, debido a la acumulación de materiales y la ausencia de estructuras, los menores -en solitario o en compañía de adultos- se dedican a rebuscar en los contenedores de basura. El viernes pasado era posible ver a menores deambular por la zona donde están los contenedores alrededor de los solares en horario escolar.

Fuster contextualiza la problemática de los dos solares en lo que él califica de «una situación de degradación de las condiciones de vida en El Coll». Según este vecino, se trata de una zona que desde hace tiempo padece problemas de suciedad, malos olores y peleas a altas horas de la noche que han sido denunciadas a la Guardia Urbana. El chabolismo en los solares es un problema más.