exposición . 'ELS MARTÍ, SERRALLERS I FORJADORS'
El centenario de una saga
La muestra, que conmemora los 100 años del primer taller que la familia Martí abrió en Barcelona, recoge el trabajo de tres generaciones en el mundo de la forja artística.
Explica Xavier Martí Ramon que el origen de la saga de cerrajeros y forjadores Martí hay que buscarlo en la filoxera. La plaga, que se extendió por toda Catalunya a finales del siglo XIX, fue la que obligó a su bisabuelo Lluís Martí Font, que fabricaba toneles de vino en Cervera, a emigrar a Barcelona, donde en 1915 su hijo Pelegrí compró por 2.000 pesetas una cerrajería en el numero 118 de la calle de Bailèn. El taller de forja celebra ahora su centenario con una exposición en el Reial Cercle Artístic que reúne una selección de piezas del archivo familiar y de colecciones privadas.
La empresa Martí siempre ha sido familiar, porque el abuelo Pelegrí enseñó el oficio a su hijo, Lluís Martí Ferrer, quien a su vez pasó el testigo del negocio a su hijo Xavier, que actualmente sigue la actividad de forja artística y cerrajería en su taller de Sant Cugat del Vallès. Xavier Martí y su hermano Marc (que tiene una firma de rótulos y carteles) han organizado la muestra con una triple voluntad: conmemorar el centenario, poner en valor el trabajo artístico de tres generaciones de forjadores y reivindicar la importancia de la forja decorativa en el patrimonio de la ciudad. «Nuestro oficio no consiste solo en picar hierro. Hay que pensar la pieza, diseñarla, dibujarla. Coger un metal durísimo, calentarlo en la fragua a 1.200 grados y hacerlo tan dúctil que con un martillo, yunque y tenazas puedas realizar cualquier tipo de creación», explica Xavier.
Los objetos que se pueden ver en Els Martí, serrallers i forjadors. 1915-2015 dan una pequeña idea de ello. Hay algunas herramientas antiguas, carteles originales, maquetas de escaleras y portalones, muebles y, sobre todo, dibujos y proyectos (candelabros, lámparas, llaves, puertas y barandillas) creados por las tres generaciones de la familia Martí.
Algunos se pueden ver aún en las calles de la ciudad. En el número 46 del paseo de Gràcia, en el 41 de La Rambla, en el 40 de la calle de la Princesa. Son ejemplos de piezas artesanales que dignifican un oficio milenario que tiene grandes nombres catalanes: Joan Balaciart, los hermanos Badia, Gerardo Alegre, Antoni Clavell, los Martí de Cal Biel. Muchos de estos maestros forjadores colaboraron con arquitectos como Jujol, Gaudí y Domènec i Montaner y contribuyeron, con sus piezas, a dar lustre al patrimonio del país.
La exposición, que ya se puede visitar en el Cercle Artístic, se inaugurará el 16 de septiembre con música y la presencia de algunos maestros forjadores de hoy.
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