EIXAMPLE

Cena egipcia en la terraza

El museo dedicado a los faraones alarga su original oferta gastronómica hasta octubre

Lorena Sebastià y Alain Romero eligen platillos en la cena del Egipci.

Lorena Sebastià y Alain Romero eligen platillos en la cena del Egipci.

ÓSCAR HERNÁNDEZ / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La oferta no puede ser más original. Una cena egipcia a la luz de las estrellas después de un interesante recorrido histórico por el Egipto más faraónico. Y en pleno Eixample. Ocio y cultura. La primera cena temática ofrecida por un museo en Barcelona triunfa y se alarga hasta al menos el mes de octubre.

El llamado Banquet etern se realiza todos los viernes por la noche de 20.30 a 22.30 horas en el Museu Egipci (València, 284). De noche, las puertas del museo privado se cierran y la veintena de personas que quedan dentro se disponen a realizar un viaje en el tiempo, primero, y gastronómico después, por 35 euros.

MUCHAS ANÉCDOTAS

"No existe ninguna receta escrita de lo que cocinaban los egipcios, pero sí dibujos en los que se representan los banquetes eternos en las tumbas o casas de la eternidad", explica Núria Castro, egiptóloga especializada en vida cotidiana, medicina y farmacopea. Con múltiples anécdotas, conduce al grupo por las salas del museo y explicar sus principales tesoros relacionándolos con la alimentación.

Los visitantes aprenden que los egipcios disponían de una dieta variada: cereales, legumbres, vegetales y frutas. Y obtenían la proteína animal de la preciadísima carne de toro y de las aves. "Porque no comían pescado. Para ellos, todo lo que venía del mar era malo", indica. "Practicaban aquello de Todo lo que vuela a la cazuela", bromea la guía, quien destaca entre estas aves el pato y la oca, "lo mejor después del toro". Las gallinas llegaron de Grecia.

Entre vitrinas, muñecos milenarios articulados, una figura en erección y momias, el grupo asciende a la terraza, un tranquilo interior de manzana donde aguardan unas pequeñas cazuelitas de degustación de diferentes platos: humus (puré de garbanzos), ensalada de lentejas, crema de calabacín, jamón de pato con dátiles, pollo marinado con leche y ajo, sandía con queso blanco, dátiles con frutos secos y cuajada.

12 AÑOS DE EXPERIENCIA

"A mí esta cena me la ha regalado mi amiga Pilar para mi cumpleaños. Sabe que me encanta la egiptología", explica Hortensia Hernández, administrativa de 59 años. Su amiga, Pilar Ceresuela, de 61 años, asiente. Las dos se muestran satisfechas con la experiencia divulgativa y gastronómica.

"Me lo recomendó mi jefa y por eso se lo he regalado a mi pareja. Nos ha gustado, pero pensaba que era más una cena, que estaríamos solos en una mesa y que nos servirían", critica Lorena Sebastià, técnica en prevención de 35 años.

"Nosotros ya avisamos que es una degustación, no una cena. Y a la gente les gusta. De hecho llevamos 12 años haciéndolo. Fuimos el primer museo en ofrecer una experiencia gastronómica", aclara Gemma Castro, hermana de la guía egiptóloga y filóloga experta en alimentación. A lo mejor, la confusión comienza con el nombre de la actividad, Banquet etern.

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"A la b\u00fasqueda del p\u00fablico joven","text":"Los socios de este club pagan una cuota anual de 25 euros con derecho a entrada gratuita y posibilidad de participar en numerosas actividades, desde talleres a colonias. \"Y reciben un pasaporte con foto en el que se sellan todas las actividades. Ser\u00e1 un recuerdo cuando sean mayores\", dice Maixaixa Taul\u00e9, directora del museo."}}