preocupación por el estado de un edificio CATALOGADO del eixample

La Casa Burés agoniza en una zona escasa en equipamientos

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA

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Josefina Blanco Pérez pasó la infancia jugando por los pasillos y corredores de la Casa Burés. En esta finca esquinera entre Girona y Ausiàs Marc, en el segundo piso, vivían sus abuelos, y ella todavía recuerda «los enormes cristales de colores y las preciosas pinturas de las paredes». La inercia, las guerras, los cambios sociales y el trasvase de la burguesía a la zona alta fueron arrebatando el brillo a esta joya construida entre 1900 y 1905. Ahora es un fantasma de piedra, una finca que el ayuntamiento quiso rescatar hace tres años para un proyecto nunca ejecutado. Los vecinos piden convertirlo en equipamiento para el barrio, pero la excusa de la crisis lo mantiene agonizante.

«Aquí hace falta que se caiga un balcón para que se haga algo con el edificio», lamentaba ayer Josefina, vecina de la calle de Bailèn. Parte del inmueble está cubierto con una lona por miedo a los desprendimientos, y el ventanal que da al patio de manzana está muy deteriorado. La Casa Burés era propiedad de la inmobiliaria Landscape, del Banc Sabadell, que a finales del 2006 anunció su intención de venderla a un inversor que quería construir un hotel de lujo. Al tratarse de un edificio catalogado, el consistorio ejerció el derecho de tanteo y se lo quedó por 26 millones de euros. Era marzo del 2007 y Barcelona se anotaba el punto de evitar un negocio urbanístico para abrir un centro dedicado al modernismo que nunca prosperó. Dos años y medio después, el 30 de diciembre del 2009, la Generalitat compró el inmueble al ayuntamiento también por 26 millones de euros, cantidad que debe abonar en cinco años.

Así las cosas, la Casa Burés ha pasado por tres propietarios en cuatro años y presenta un nivel de deterioro preocupante. Charo Martínez, portavoz de Eixample Sostenible, pudo visitar la finca recientemente y ayer aseguró que no se puede subir al segundo piso porque está todo «destruido». «Somos un barrio sin equipamientos municipales y este lugar nos habría ido muy bien para crear algo que fuera útil para los vecinos», concretaba Charo. Habrá que esperar a que el próximopresident decida qué hacer con la Casa Burés. Si es que la puede pagar.