Tribuna

Carta a los 'nuevos' maragallistas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Xavier Valls, Joan Torres, Carme San Miguel, Joaquim de Nadal, Enric Truñó, Núria Gispert, Joan Fuster, Francisco Narváez, Josep Maria Vegara, Germà Vidal, Raimon Martínez Fraile, Pere Alcober i Jordi Vallverdú.

Queridos Alfred, Juanjo y Oriol:

Últimamente os habéis vuelto tan maragallistas que a menudo nos despistáis. Mira por dónde, habéis decidido, sin nada que os justifique, que los constructores de la Barcelona moderna no son quienes, como nosotros, contribuimos a fondo a crearla, sino unos recién llegados estelats que transitaron de paso.

Supongo que habéis calculado que en la reiteradamente anunciada bajada del PSC, puede quedar mucho voto huérfano, y os habéis lanzado sin el mínimo pudor exigible a reivindicar una herencia que en ningún caso es vuestra. Como máximo consentiríamos que reivindicarais un legado.

Nos presentamos. Somos exconcejales y gestores que compartimos con el alcalde Pasqual Maragall sus ilusiones, incluida la olímpica, y que recordamos con añoranza su liderazgo, a pesar de las dificultades que también hubo y que nunca hemos escondido. Estamos convencidos de que con nuestro trabajo la ciudad hizo un importante salto adelante, que será reconocido en el tiempo le pese a quien le pese. Vamos envejeciendo con dignidad, pero sin demasiadas ganas de colgarnos medallas siempre. Nuestra capacidad de exhibición al público, quedó más que agotada en aquellos años.

Desde que Pasqual dio a conocer su enfermedad le hemos querido pero en ningún caso -y a pesar de nuestra proximidad- nos ha pasado por la cabeza interpretarlo ni justificarlo. Es un personaje irrepetible, a quien conviene dejar tranquilo. No hay que repetir una historia tan barcelonesa como la Sagrada Família, donde, sumando a todos los supuestos herederos de Gaudí al negocio divino, hemos acabado construyendo posiblemente otra cosa que provocaría un ictus al arquitecto si un día se reencarnara.

Pasqual es Pasqual. Se ganó a pulso ser de todos a pesar de no ser de nadie. Es un capítulo de nuestra reciente historia barcelonesa, que merece el respecto de todos. Gracias.