DIAGONAL PARA TODO

Un carril bici con estrechuras alarmantes

El carril se estrecha en exceso cuando pasa junto a una parada de autobús.

El carril se estrecha en exceso cuando pasa junto a una parada de autobús.

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La Diagonal arrastra una carga política que requerirá varios años de distancia para que alguien en el ayuntamiento se atreva a admitir lo que es un secreto a voces: que la reforma integral es necesaria, sobre todo por el bien de la velocidad comercial del autobús, y que, de llevarse a cabo algún día la unión de los dos tranvías, esta es la única ruta con opciones de éxito. Lo planteado en los laterales es un calco del dibujo que los comerciantes presentaron al gobierno municipal de CiU en diciembre del 2012 como medida de choque para atraer a más clientes, sobre todo turistas que al llegar a lo alto de paseo de Gràcia vuelven a bajar porque no le ven encanto a esa arteria hasta ahora tan desordenada.

La acera se amplía hasta los 7,5 metros -ahora está en 4,2- y desaparece la estrecha rambla central en la que convivían, no sin sustos constantes, bicis, peatones, motos aparcadas, paradas de bus, árboles de delicada salud y quioscos. Era un pasillo que pedía a gritos una reforma, aunque aquí podría abrirse un debate sobre si la mejora de otros puntos de la ciudad, seguro que no tan mediáticos, debía pasar por delante. Todos tendrán ahora un nuevo lugar, pero hay un sector que se ha llevado la peor parte. La bicicleta iba antes a trompicones, pero podía avanzar con cierta firmeza. Ahora deberá circular en paralelo a los coches a través del único carril bici diseñado en este mandato que no cuenta con piezas de caucho que segreguen al pedaleante del tráfico a motor. Al pasar de dos carriles de circulación a uno solo, la ordenanza le da el régimen de zona 30, con lo que el consistorio podría ahorrarse el carril bici y dejar que coches y ciclistas compartan espacio, como pasa en muchas vías similares. Eso, a la vista del nivel de tráfico que soportan los dos laterales, sería una temeridad.

SOBRE TODO, SEGURIDAD / Las encuestas realizadas a los ciclistas coinciden en que la seguridad es lo que más preocupa a los ciclistas. En concreto, el 86,4% piden separadores de goma en el carril, por un 13% que consideran que la pintura es suficiente. No quedó nunca clara la razón por la cual se tomó la decisión de no colocarlos. Algunas fuentes apuntan a que de este modo, si es menester, el vial ciclista se puede eliminar para dar cabida de nuevo a dos carriles de coches, puesto que la densidad de tráfico en algunos tramos es incluso superior a la de la calzada central. Se dijo también que no se instalaban porque hay personas que cruzan por donde no deben y podrían tropezar.

Los tramos que ya están finalizados dejan entrever un par de cosas: que el carril bici es en algunos tramos de una estrechez inquietante, de apenas un metro, y que no se ha cumplido la promesa de colocar unas bandas rugosas parecidas a las que despiertan al conductor en las autopistas cuando empieza a ladear. Fue una de las alegaciones que presentó el Bicicleta Club de Catalunya y a la que el gobierno de CiU accedió. Por el momento, ni rastro. El tamaño del corredor contradice todos los manuales existentes. En Londres, por ejemplo, el ancho mínimo se establece en función del uso. Baja densidad, 1,5 metros; media, 2,2 metros, y alta, 2,5 metros. La Diagonal, uno de los ejes más usado por la bici, queda lejos de lo recomendable.