El campus universitario promete ser un revulsivo

A pie de calle, junto a la parada de Can Llima del Trambesòs, las obras del campus universitario de la Politècnica parece que avanzan a buen ritmo aunque sea agosto. De ese campus se espera, con esperanza, que trastoque para bien la vida cotidiana de la zona. De entrada, porque los bajos comerciales de la nueva Mina son mayoritariamente un páramo. Hay un par de bares donde desayunar y no mucho más. Solo un mayor tránsito de viandantes ya le daría otro aire a una zona que, nunca está de más recordarlo, desde el punto de vista urbanístico está muy bien concebida.

La otra opción es que parte de los pisos del barrio terminen como apartamentos para estudiantes. Eso podría ser en parte un fracaso, pues significaría, tal vez, que los vecinos que confiaron en que aquel barrio junto al mar iba a despegar gracias al esfuerzo de las administraciones se han cansado de él, que las comodidades de las viviendas no compensan los problemas cotidianos que se sufren.

Con todo, el inicio de la vida universitaria en ese campus del Besòs puede ser -confían las autoridades municipales- el empujón que necesita la zona para cambiar.